El tránsito humano entre Yacuiba (Bolivia) y Salvador Mazza (o Pocitos, Argentina, es tan histórico como habitual. Por razones familiares, culturales y económicas. El contrabando está naturalizado, es endémico y beneficia, ilegalmente, ambos lados . Pero ahora el virus cambia las perspectivas.
El gobernador salteño Gustavo Sáenz – durante la charla on line por el aniversario de la muerte del gobernador y general Martín Miguel de Gúemes- le pidió al presidente argentino Alberto Fernandez la presencia del Ejercito en la frontera con Bolivia. El motivo obedeció al temido paso del covid 19 a territorio salteño.
Legalmente, el gobierno nacional no puede hacerlo, por la vigencia de las leyes de Defensa Nacional y de Seguridad Interior. A lo sumo, los soldados harían apoyo logístico a la Gendarmería. Jamás podrían usar las armas. Incluso excepcionalmente lo hacen los escasos gendarmes del Escuadrón 61 Salvador Mazza.
Se tratan en total de más de 700 kilómetros, la mayoría despoblados e inhóspitos. En el caso de la montaraz línea fronteriza entre Yacuiba y Salvador Mazza se tratan de alrededor de 30 kilómetros. Con viviendas compartiendo ambos territorios. El puente internacional es el paso legal. Legalmente, pocos lo usan. Ahora, nadie. Sobran los pasos no permitidos entre el monte y la frontera seca. El movimiento comercial se estima en 2 millones de pesos mensuales.
La alarma se incrementó al confirmarse un caso nuevo en Salvador Mazza, una mujer boliviana que habría cruzado ilegalmente.
Alimentos
“Era una manada de gente que llegó de noche al hospital. La sospecha es que pasaron por los innumerables pasos ilegales existentes, buscando atención clínica en Salta, dado que en Bolivia el sistema de salud está colapsado y, además, hay que pagar para hacerse atender”, contó el intendente de Salvador Mazza, Rubén Méndez.
De acuerdo al funcionario, los argentinos en la frontera les cobran a los ciudadanos bolivianos para dejarlos pasar por el fondo de su casa a la Argentina.
Lo que no dijo el intendente es que el paso no sólo es por atención médica, sino, fundamentalmente, por el secular motivo: contrabando.
Desde Yacuiba, en tráfico hormiga, se entra a Salvador Mazza para comprar alimentos. Un paquete de harina común, del otro lado cuesta $ 70. En Argentina se compra a menos de la mitad. El tráfico son millones de pesos mensuales.
MIEDO
La alarma en Salvador Mazza y el gobierno de Salta obedece a que ciudadanos bolivianos siguen cruzando desde Yacuiba, donde el COVID-19 se duplicó. En esta ciudad hermana, hay circulación viral comunitaria, con un total de 66 casos y un fallecido. El nuevo caso es una mujer boliviana que habría cruzado la frontera.
CORRUPCION
El contrabando en la zona tiene más de doscientos años. En democracia, políticos facilitaban la entrega de documentos y obtener doble nacionalidad y votar. Hoy, la jugarreta podría tener consecuencias fatales.
COLAPSO
La Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva advirtió hace unos días que Bolivia tiene poco más de 100 camas para Covid-19, cuando se requiere al menos siete veces más, y también se precisa duplicar la cantidad de médicos teistas intensivos, que actualmente son 210.
MORIR EN LA CALLE
El covid 19 golpea a Bolivia y a su endeble sistema de salud. El país hermano se acerca a los 20.000 infectados y hubo muertos en las calles, sin atención médica.