El 21 de junio se celebra en el mundo el Día del Yoga. Práctica milenaria, física y espiritual de origen oriental – como el cristianismo – en Salta, se asociaba a una moda concheta y la “new age”. Sin embargo, entre quienes la hacen seriamente, es ecuménica y altamente saludable.
Serenamente enérgica, profesional, esposa y madre, Celeste Torres Pastore se dedica y enseña yoga en Salta desde hace 16 años.
– ¿Qué es yoga?
– La palabra yoga significa literalmente “unión” y se refiere a la integración del ser en todas sus dimensiones (física-mental-espiritual) y a la re-unión, o al reconocimiento de la unidad de la consciencia finita/personal, con la consciencia infinita/universal. Es tanto una disciplina para entrenar el cuerpo y la mente, como un estilo y filosofía de vida.
El yoga nos llega como legado de los sabios (rishis) de la India, de sus descubrimientos prácticos y conocimientos revelados en estados de meditación profunda. Existen pruebas arqueológicas de 3.000 años antes de nuestra era que evidencian la práctica de posturas yóguicas y de meditación en la civilización que floreció en el Valle del Indio hace más de 5.000 años.
– ¿Hacer yoga significa hacerse budista o hinduísta?
– La práctica del yoga se ha expandido alrededor de todo el mundo y si bien hay muchas líneas y escuelas diferentes en lo que a la técnica se refiere, hoy se ha convertido en una cultura global basada en el respeto por la naturaleza y el lugar que ocupamos en ella como humanidad, que valida y valora los ritmos y procesos naturales, tanto en lo personal como en lo colectivo y que aboga por la coexistencia pacífica de todos los seres.
– ¿Es religión?
– El yoga tiene una profunda dimensión espiritual, sin embargo no es una religión en absoluto. Dependiendo del abordaje, yoga puede simplemente tomarse como una práctica de ejercicio físico, y también puede vivirse como un camino espiritual. La diferencia entre religión y camino espiritual es que, en una religión el adherente recibe la verdad o verdades reveladas a través de un intermediario (sacerdote, pastor, etcetera). Un camino espiritual genuino, es aquel que permite al practicante, acceder por sí mismo (a través de las técnicas que el camino provee) a la verdad que se revele en su propio corazón y mente como resultado de una práctica sincera. Es por tanto un camino de autoconocimiento y de reconocimiento de su propia divinidad, como manifestación individual de la divinidad universal.
– ¿Y cómo se lleva con el cristianismo?
– Un corazón cristiano es un corazón pacífico y compasivo, así que seguramente un buen cristiano podrá disfrutar la experiencia de habitar en el corazón, que la práctica del yoga propicia. Pero por supuesto, hay mucho prejuicio, sobre todo en nuestra sociedad salteña y he vivido y atestiguado situaciones en las que se ha demonizado la práctica de yoga o a la persona del profesor/a, por puro desconocimiento y miedo.
– Sin embargo se dice que para hacer yoga tenés que borrar tu mente y hacerte seguidor de un gurú…
– No se necesita abandonar nada como pre-requisito para la práctica de yoga; aunque la práctica misma, si se sostiene en el tiempo, se encargará de eliminar, activando la sabiduría interna de cada uno, todo lo que no le sea nutricio. Por eso con el tiempo, generalmente las personas que practican yoga comienzan a hacer cambios en sus hábitos, incluso sin habérselo propuesto ya que la sabiduría de sus células comienza a despertar, la percepción, la intuición y la sensibilidad se agudizan y empezamos a darnos cuenta de pensamientos parásitos, de nuestros (malos) diálogos internos, de las limitaciones que nos ponemos a nosotros mismos. Con seguridad, la práctica de yoga es transformadora, pero esa transformación (idealmente) ocurre a partir de una toma de consciencia personal.
– ¿Y los maestros…?
– Por supuesto, como en todos los ámbitos, también existen quienes toman el yoga como dogma y pueden experimentar esta transformación como una imposición, incluso sometiéndose voluntariamente a la misma o encontrarse con “maestros” que intentan dirigir el proceso del practicante según una norma rígida. Entonces el yoga vuelve dogmático, como puede serlo cualquier religión.
– Físicamente, ¿quiénes lo pueden hacer?
– Es una práctica que, con la guía adecuada, puede ser apta para cualquier persona independientemente de su edad y condición física. Está recomendada para todos, niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, etc. siempre por supuesto, con los ajustes necesarios para cada caso. Personalmente enseño yoga para adultos y yoga prenatal, en modalidad on-line y presencial
YOGA Y PANDEMIA
Celeste contó que en el contexto del covid 19, yoga es una herramienta valiosísima.
“La práctica fortalece el sistema inmunológico ayudándonos a mantenernos saludables y también el sistema nervioso, volviéndonos más resistentes ante el estrés. Aprender a comandar conscientemente la respiración nos ayuda a gestionar mejor nuestras emociones, ayudándonos a sobreponernos al miedo y la ansiedad”
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