Hace más de 600 años, los ingenieros incas ya sabían cómo canalizar las aguas para evitar inundaciones. En Salta Capital, siglo XXI, “no se puede hacer nada” cuando llueve mucho.
A diez cuadras de la plaza 9 de Julio, en Salta, el 5 de febrero de 1940. (según la tradición oral) fue fundada la Villa San Antonio. Hace 84 años.
Sólo desde 1983, se han sucedido 20 administraciones en la Municipalidad de la ciudad capital. Ninguna de ellas parece haber contado con ideas, ingenieros, presupuesto, voluntad para evitar las inundaciones en el antiguo barrio y el anegamiento de las viviendas. Como en los otros canales (ex tagaretes) al aire libre o bajo tierra.
Los Incas, ¿eran extraordinarios ingenieros hidráulicos, capaces de realizar obras públicas, sensibles a las penurias de sus pueblos, menos corruptos?
La noche del lunes 12 de febrero una feroz tormenta azotó la ciudad. Habitual suceso veraniego. Ridículas, anacrónicas, torpes son las excusas culpando a la naturaleza.
Por tercera vez, en este año, el viejo y escaso canal – paralelo a la plaza y Biblioteca Macacha Güemes (a la altura de la calle Florida al 1200) – se desbordó. El puente peatonal que une la avenida 16 de Septiembre/Ernesto Guevara con la institución, construido a la breve altura de un metro y medio, se convierte en dique, por lo que las aguas lo superan e invaden el asfalto.
Canal y calzada se convierten en un arrollador río, de casi 70 metros de ancho, y casi un metro de profundidad en la avenida. Vehículo que no fue guardado, se lo lleva la corriente. Sin herméticas defensas, el agua desbordada inunda las viviendas.
Todos los veranos
Los vecinos de Villa San Antonio que viven desde niños a la vera del canal (a la altura de la biblioteca hasta la avenida Independencia, alrededor de cien familias) “pagan religiosamente los impuestos”. Sin embargo, aseguran estar “cansados de pedir a cada intendente que llega y a los concejales soluciones para evitar las inundaciones”
Cuentan que los reclamos fueron acompañados de propuestas -avaladas por ingenieros – que no demandan descomunales obras hídricas. “Según los sucesivos funcionarios, no se puede hacer nada”, aseguró Alberto.
“Desde que era niño, y eso fue hace bastante, siempre, con las tormentas de verano, el canal se desborda. Si los vecinos se olvidaron de poner las defensas, las casas se inundan”, sostuvo José María Chaile, presidente de la institución cultural.
Las defensas mencionadas son chapas colocadas a modo de cerramientos, en portones de las verjas, garajes, puertas de las viviendas. Para evitar el embate del agua invasora. Construidas e instaladas por las familia.
Entonces – sólo en Villa San Antonio, tras 84 años sin lograr encauzar las aguas crecidas, cabe sospechar que los Incas deben haber contado con tecnologías extraterrestres. Inaccesibles para los funcionarios (e ingenieros) de Salta.