El partido ya expiraba, cuando un certero pase en el círculo central a Fabricio Rojas se convirtió en corajeada, superando a cuatro rivales. Y gol.
El “Pollo” Rojas es salteño y tiene 24 años. Humilde, pibe de barrio, la hinchada del “Albo” (Gimnasia y Tiro de Salta) lo quiere. El chango logra esa empatía popular por su buen juego, gambeta, entrega a la camiseta. Porque es de Salta, “y hace falta”
Entonces, el hincha pide, corea y festeja al aguerrido delantero. Se las juega todas, va al frente, no afloja y que grita los goles con el alma.
Fabrizio, de barrio Libertad, dijo en una entrevista: “soy un jugador de potrero, mi esencia es el potrero, meter, chocar e ir al frente, así me sale”.
Contrataque y golazo
El pasado domingo 18 de febrero, en el “Gigante del Norte” (Salta), se disputaba la tercera fecha del Nacional B. El equipo de Rafaela de Santa Fe visitaba a Gimnasia y Tiro. “La Crema” es un duro equipo, no sólo resistía los embates del Albo; también atacaba.
Faltaban tres minutos para el fin del partido. Rafaela avanzó, pero fue contenido por el “10” local. Desde el círculo central envío un certero pase al ras del pasto hacia el “Pollo”, con el “7” en su espalda.
Rojas la recibió y corrió por el lateral que da con la avenida Bicentenario. Eludió con elegancia a cuatro rivales, con la vista puesta en el arco de la avenida Entre Ríos. A cinco trancos del área grande, su derecha disparó con potencia.
El arquero Bergia, de Rafaela, se estiró todo lo que pudo hacia su palo izquierdo, pero el balón penetró el arco. Golazo.
Por esto, el hincha se sienta reconocido en el changuito que – desde el barro y el barrio, la pelea.
HUMILDE
Fabrizio “El Pollo” Rojas vive en el barrio Libertad, en el sudeste de la ciudad de Salta. Su madre y hermana trabajan en una empresa de limpieza, en tanto que su papá es pintor, viajando a la localidad de El Galpón. Su abuela Oliva, quien tiene en el frente de la casa una pollería, lo crio.
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