El último siniestro fatal de 2020 y el primero de 2021 fueron protagonizados por conductores de motocicletas. El de por si inseguro vehículo de dos ruedas, sumado a imprudencias de conducción, los han convertido en féretros andantes.
Alrededor de las 17 del 31 de diciembre, Martín Banegas de 44 años conducía una potente moto de 500 centímetros cúbicos por la ruta nacional 34, en General Güemes. Delante suyo avanzaba una Renault Sandero, guiado por un hombre de 64 años, y giró a la altura de la calle Teniente Rodríguez. Aparentemente, el motociclista no advirtió la maniobra, chocó desde atrás, volo por el aire y terminó muerto sobre el asfalto.
A las 3 de la madrugada del primero de enero, efectivos de la subcomisaria El Mirador de Rosario de la Frontera llegaron hasta avenida Los Españoles en donde se encontraba una motocicleta tirada y un poco más allá, el cuerpo de un joven, sin vida. Presuntamente, habría perdido el control de la moto y cayó de ésta, golpeando fatalmente. El chico tenía 25 años
No es casual que el último y el primer accidente vial con muertos corresponda a motociclistas. Es la tendencia creciente.
Muerte fácil
Si bien el 2020 pareciera mostrar una baja con respecto a víctimas fatales en accidentes de tránsito, la alarma la constituyen que el 75% de las víctimas fueron personas – mayoritariamente jóvenes – que viajaban en vehículos de dos ruedas, sea como conductores o acompañantes.
La motocicleta es un vehículo de riesgo por su inestabilidad, que depende del equilibrio del conductor y sus movimientos, no ofrece carrocería protectora a sus usuarios y tiene poco volumen, por lo que resulta poco visible para el resto de los conductores. Ofrece tres ventajas relativas: la agilidad en el tránsito urbano, la sensación de libertad y el bajo costo.
Por esto, y créditos accesibles, cualquier persona con un sueldo promedio ($30 mil) se encuentra manejando una motocicleta. Muchas veces, es el primer vehículo automotor que conducen.
En estos casos, a lo sumo, la experiencia más cercana es la bicicleta. La gran diferencia es que ésta tiene una velocidad promedio de 10 kilómetros por hora. Su similar con motor, 60 kilómetros por hora. Sólo tener un choque a 40 kilómetros por hora es el equivalente a caer de un cuarto piso.
PELIGRO
De acuerdo a estudios realizados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los motociclistas cometen entre 30 y 70 por ciento más faltas de tránsito, relativas a al seguridad vial, que conductores de otros vehículos.