El intendente megamillonario / CASTAS, NECESIDADES Y DERECHOS

El intendente megamillonario / CASTAS, NECESIDADES Y DERECHOS

El periodismo político, en muchas ocasiones, tiene demasiada semejanza con el periodismo policial. No es necesario forzar interpretaciones. La realidad une el delito, el crimen, con el poder.

 

Por Dario Illanes

 

Eva Perón dijo “donde hay una necesidad, existe un derecho”. El concepto humano parte de la idea de que los derechos naturales son el sustento de las leyes esenciales para la vida.

Paradójicamente, Javier Milei –el despeinado ultraliberal candidato a diputado nacional porteño- contradijo la feliz formulación peronista. Como también las mismas nociones de la Antropología y la Ciencia Política. Milei aseguró que la decadencia y las crisis argentinas se deben a la máxima de Evita. “La casta política adhiere a una idea: donde hay una necesidad, hay un derecho. El problema es que las necesidades son infinitas. Y los recursos son finitos”. Esto lo paga alguien”.

Indudablemente que considerar necesidades a los deseos generados por la publicidad –por ejemplo pretender un lujoso auto alemán nada tiene que ver con llenar la olla y dar un techo y educación a la familia. Empero, cuando Milei argumenta falazmente la contradicción entre necesidades y derechos no lo convierten en un visionario sino en un paladín predemocrático antiderechos.

Sucede que el político –antipolítico- de moda mezcla todo, usando el concepto de casta, más precisamente el de casta política. Obteniendo de este modo apoyos y simpatías desclasadas.  La maniobra de confundir todo parte de medias verdades que son engaños. Partiendo de personajes que usan la política, la dirección de la administración pública en su propio beneficio.

Tal sería la situación del intendente de la fronteriza ciudad de Salvador Mazza.

Obsceno

El Ministerio Público Fiscal de Salta expuso a Rubén Méndez como propietario de un patrimonio parcial superior a 250 millones de pesos. Así se demostró tras catorce allanamientos en sus numerosas propiedades, en donde se encontraron billetes argentinos, norteamericanos y europeos por aproximadamente 200 millones, como también vehículos importados de alta gama con valores superiores a los 50 millones de pesos.

RUBEN MENDEZ

Rubén Méndez llegó al poder comunal tras el escándalo que involucró al ex intendente Carlos Villalba, en 2013, cuando éste fue encontrado en un prostíbulo salteño y se lo investigó por trata de mujeres. Méndez asumió el cargo interino. Posteriormente se impuso en las elecciones y llegó a dirigir Salvador Mazza.

Empresario, representante comercial de una famosa gaseosa y cerveza, sus abultados ingresos como comerciante y los más humildes como funcionario promedian los 200 mil pesos mensuales. Entonces, para reunir un capital de 250 millones, son necesarios 103 años de trabajo honesto.

Aparentemente, la multimillonaria fortuna en un pueblo donde abunda la pobreza no provino de la honestidad.  Se le acusa de liderar una organización que se queda con la recaudación de tasas municipales. Como así también ser uno de los grandes contrabandistas y narcotraficantes. Estos dos últimos son delitos federales, aún no probados.

La administración de los bienes públicos, como ejercicio a favor de la felicidad popular, en democracia, nada tiene que ver con un oligopolio de malandras que detentan cargos y los consideran patrimonio personal. La democracia le pertenece al pueblo, y los políticos son unos interinos que lo representan.

Los delincuentes son criminales, mucho más dañinos sin son funcionarios del Estado. No tienen ninguna relación con lo que dijo Evita: “donde hay una necesidad, existe un derecho”. Y mucho menos con los antiderechos, como Milei.

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