Desde el 27 de enero de 2017 se desconocen los motivos para que una inofensiva madre recibiese 57 puñaladas, dentro de su casa y delante de sus hijas de tres años. Tampoco las identidades de quienes la asesinaron con tremenda crueldad.
Por Dario Illanes
Dos jóvenes simpáticos, de buen aspecto, educados y sensibles masacraron a Jimena Salas, con 57 puñaladas. Dentro de su casa en Vaqueros, el 27 de enero de 2017. Dos jóvenes asesinos están sueltos.
Jimena Salas tenía 44 años. Madre de dos hijas mellizas de tres años. Culta, tímida, discreta, lejana a relaciones o situaciones de riesgo. Estaba casada con Nicolás Cajal, gerente de la cadena de electrodomésticos Garbarino. Con él y las nenas vivía en la fortaleza de su hogar, en el barrio San Nicolás, de Vaqueros. Mujer sensible, con inclinaciones artísticas. Participaba de un taller literario dirigido por un reconocido escritor local.
Por su personalidad e historia personal, como por el hecho de que aparentemente no se trató de un robo, nada hubo indicando alguna pista para comprender tremenda saña y alevosía criminal. Eso sí, los dos encantadores jóvenes conocían las características psicológicas de Jimena. Tanto que se ganaron su confianza mostrándole un cachorro caniche supuestamente extraviado. De este modo lograron entrar a la casa. En el living la mataron brutalmente.
Entonces, para asesinar a Jimena –independientemente de los motivos – hubo que contar con información previa (inteligencia criminal); un mínimo de dos vehículos; vigilantes o “campanas”; celulares descartables; una alarma hogareña desconectada; dos encantadores e implacables sicario; cómplices con espacios de poder y autores ideológicos. En definitiva, una organización criminal.
¿Todo esto para matar a la inofensiva Jimena? Parece desproporcionado.
Dinero y drogas
Amor, infidelidad, sensibilidad, codicia, dulzura, alevosía, ternura, cinismo, confianza, dinero sucio, hogar, drogas, familia, muerte. Todo esto cabe en el oscuro e impune asesinato de Jimena Salas.
Luego de dos años y medio de tiempo y pruebas perdidas, a mediados de 2019, el entonces procurador Abel Cornejo designó a la fiscala Ana Inés Salinas y sus pares Gustavo Torres y Ramiro Ramos como los nuevos fiscales. La principal hipótesis fue que los asesinos ingresaron a buscar dinero y/o drogas que había en un maletín.
Supuestamente, Jimena desconocía la presunta existencia de tales cosas en su casa.
Los mortales intrusos parece que si lo sabían. Con la mujer muerta, fueron al placard del dormitorio matrimonial. Sacaron un maletín y lo dejaron vacío. Obviaron una caja fuerte en la habitación.
Una pericia con dos perros entrenados determinó que en el maletín hubo dinero y/o drogas. El viudo rechazó la acusación, contando que tiempo antes en dicho equipaje trasladó efectivo para construir su casa en Vaqueros. El Tribunal, al absolverlo, consideró dudosa la acusación.
Durante el juicio, de acuerdo a la fiscalía, para arribar a los motivos de la masacre era necesario investigar el supuesto lavado de dinero y narcotráfico por parte de Garbarino. Esta empresa Garbarino sospechada de lavar divisas. Salió involucrada en el caso de los “Panamá Papers” (fuga de capitales) El Tribunal, en el fallo, remitió los antecedentes a la Justicia Federal. Hasta el momento, nada se avanzó.
Cinco años de impunidad. Jimena nunca supo porque la estaban matando.
UN JUICIO SIN RESULTADOS
Los jueces Francisco Mascarello, Federico Diez y Javier Armiñana Dohorman, de la Sala VII, fue el tribunal. Por el Ministerio Público intervinieron los fiscales penales Ana Inés Salinas, Gustavo Torres Rubelt y Ramiro Ramos Ossorio.
Marcelo Eduardo Arancibia y Luciano Romano fueron los defensores de Sergio Horacio Vargas. Marcos Rubinich lo defendió en relación a la acusación de la querella y la actoría civil. Pedro Javier Arancibia representó a Nicolás Federico Cajal Gauffín.
Marta Verónica Aguilar Bossini se desempeñó como querellante y actora civil. La asesora de Incapaces 2, Claudia Mariela Flores Larsen, fue la voz de las hijas menores de Jimena Salas.
Una de las juezas del Tribunal, Paola Marocco, se excusó de conformar el trio juzgador. Esto por cuanto conoció personalmente a Jimena. Fueron compañeras del secundario en el I.E.M.
ABSUELTOS
El 26 de mayo de 2021, el viudo Nicolás Cajal y Sergio Vargas fueron declarados inocentes en relación al femicidio de Jimena Salas. El tribunal dictó las absoluciones “in dubio pro reo” (las dudas que favorecen al acusado) Asimismo dispuso enviar el expediente al Ministerio Público Fiscal de la Nación, por supuesto delito federal.
CASI DEGOLLADA
Nueve de las heridas mortales fueron en el cuello. Jimena Salas se defendió hasta último momento. Su cadáver se encontraba en un baño de sangre. Las huellas sanguinolentas iban desde el living hacia el placard en el dormitorio.
LA SAÑA
Jimena Salas fue asesinada con una particular crueldad: 57 puñaladas a un menudo cuerpo de mujer. Además de la superioridad atacante, en fuerza y número, que involucra la alevosía, mo es un dato menor la seña con que la se exterminó a la madre. Los manuales de criminología refieren que estos casos se relacionan con los antiguamente llamados “crímenes pasionales”; o las obras de personas especialmente sádicas (psicópatas) o desquiciados. Pero también, con todo el sadismo que significa, estos asesinatos desproporcionadamente violentos apuntan a crímenes mafiosos. Tanto para “dejar un mensaje” como también para confundir las medidas forenses.