Las montañas abrazadas por la selva; los rieles del tren entre ríos de aguas blancas y marrones; el verde luchando contra la piedra; serenos, rumorosos, arcanos encantos. Rodeando la gótica capilla de Río Blanco.
Mientras en Europa comenzaba la Primera Guerra Mundial, un militar tucumano fue designado por un presidente radical para gobernar como interventor de la provincia de Salta.
Era el coronel Ricardo Solá Terán, de 46 años. Pocas semanas estuvo en el gobierno. Faltaban siete años para que, en 1921, comenzaran a tenderse las vías del Ferrocarril Huaytiquina, (Ramal C 14), entre la ciudad de Salta y la frontera con Chile. Hoy se lo conoce como el “Tren a las Nubes”.
Sin embargo, en 1914 Ricardo Solá decidió construir una capilla. Insólita, misteriosamente, a las afueras del entonces pequeño pueblo de Campo Quijano. En sus tierras, en el medio de la yunga, a metros del Río Blanco y el Río Toro, al pie de los Andes.
Sumando a la extraña iniciativa, en lugar de proyectar un templo con características coloniales, la construcción sería con arquitectura neogótica. La iglesia fue bendecida bajo la advocación de la Virgen del Rosario.
Disfrutando
Bella y misteriosa es la capilla de Río Blanco. Se encuentra a poco más de dos kilómetros al oeste de Campo Quijano, en la margen sur de la ruta nacional 51 y los rieles del tren. Al inicio de la Quebrada del Toro.
La iglesia se ubica al costado del Río Blanco, cuyo nombre se debe a la coloración de las aguas con abundancia de mineral bórax. Este curso fluvial desemboca en la marrón corriente del Río Toro. Del otro lado del primer río está la estación ferroviaria Virrey Toledo.
La conjunción de pródiga y bonita naturaleza, culto, historia y construcción lograron uno de los rincones más hermosos y pintorescos de Salta. Si bien es posible alcanzar Río Blanco en vehículo, lo lindo es arribar caminando.
Entonces se disfruta. Cruzar a pie el puente vial; desandar el camino de ripio bajo los frondosos árboles, llenándose los pulmones del aire fresco y los aromas floridos, escuchando las aves y el lejano rumor de las aguas. Y al llegar a la centenaria capilla, dejarse envolver por el encanto.
“PADRE PABLO”
Tal vez estaba enamorado del lugar. O sólo era un vividor. En enero de 2021, un joven llegó a Campo Quijano diciendo ser el “Padre Pablo”. Obtuvo comida y alojamiento gratis. Y logró que le abran la capilla de Río Blanco para oficiar una misa.
Pero no tenía idea de la liturgia. Lo detuvieron por impostor.
GENTE SUCIA
Debido a la basura que dejan algunos desaprensivos visitantes en Río Blanco, actualmente está restringido el acceso al lugar. Quienes deseen visitar Río Blanco deben consultar previamente en la municipalidad de Campo Quijano, en la calle 25 De Mayo 499, o el teléfono 4904050 (desde fuera de Salta, característica 387)