ASESINATO CON MENSAJE

ASESINATO CON MENSAJE

El brutal crimen de Darío Esteban Monge, cometido en la ciudad de Salta, no sólo sería obra  de una organización criminal narcotraficante. También señalaría que otras personas, vinculadas a la víctima, están “avisadas”

 

(MONGE FUE HALLADO DENTRO DE ESTA CAMIONETA)

 

El sábado 3 de septiembre – tras denuncias de vecinos del barrio El Círculo – la Policía arribó a la calle de tierra en donde se encontraba estacionada una Ford Eco Sport. Los efectivos se espantaron al ver a un hombre con la cabeza rota a balazos y el cuerpo ensangrentado. Poco después fue identificado el cadáver del infortunado: era Darío Esteban Monge, 40 años, supuesto empresario y asesor político de Salta.

Cinco balazos dieron cuenta de que no se trataba de un hecho criminal más.

Por comenzar, en el asesinato habrían participado más de tres personas. Asimismo, la mortal paliza contra Monge indicaría que castigos y ejecución se cometieron en otro lugar. El vehículo con el cuerpo pudieron ser “plantados” en el lugar del fatal hallazgo.

Tal como dice la Criminología, los asesinatos violentos se cometen por odio, venganza, descontrol emocional, enajenación mental o por parte del crimen organizado. La brutal paliza y muerte contra Darío Monge indicaría esto último.

 

Cinco

El joven salteño fue brutalmente golpeado, sus ropas desgarradas, destrozado por los golpes y cuchilladas, aparentemente, degollado. Luego baleado en la cabeza y rostro.

Sólo con un corte o puñalada en zona vital, se causa la muerte. Lo mismo con un solo disparo. En cambio, a Monge intencionalmente se le quiso provocar inhumanos sufrimientos.

Paradójicamente, el asesor portaba siempre un arma de fuego. Se supone que para su seguridad y defensa personal. Sólo éste dato significaría que las actividades de Monge implicaban riesgos.

Entonces, supuestamente, la víctima habría sido interceptada, amablemente, por personas conocidas. De lo contrario, se hubiera defendido. Cuando advirtió que no venían como amigos, ya fue demasiado tarde.

DARÍO MONGE

Darío Monge recibió un castigo descomunal. Violencia extrema, aplicada despiadadamente por los sicarios. Encargada, presuntamente, por los jefes narcos. Sin embargo, torturas y ejecución no sólo perseguían dañarlo hasta la muerte. Sino también, enviar mensajes al entorno de la víctima.

Cabría sospechar que, incluso los cinco disparos, indicarían un balazo por cada persona a la que se considera que correría similar castigo. Dicho de otro modo, hipotéticamente, quedarían otras cuatro ejecuciones pendientes.

 

VISITA AUTORIZADA

El 1 de junio de éste año, Darío Monge se entrevistó, en el penal de Orán, con Oscar Alejandro “Cabezón” Díaz. Ni más ni menos que un sujeto acusado de ser un sicario, en Orán. Quién, dicen, cobraba 80 mil dólares por matar. Para lograr la visita, Monge mintió diciendo que era abogado y funcionario del Ministerio de Seguridad y Justicia de Salta. Según el director general de Políticas Penales de la provincia, Ángel Sarmiento, el encuentro fue posible merced a una expresa autorización del entonces secretario de Seguridad de la Provincia, hoy secretario de Gobierno de Bettina Romero, Benjamín Cruz.

 

CONTACTOS

De acuerdo a las fuentes, la conducta de Monge en el penal de Orán no fue un hecho aislado. En 2019, cuando Carlos Oliver era ministro de Seguridad de la Provincia, la víctima se reunió con un jefe policial, para advertirle de las pruebas en su contra, acerca de una millonaria estafa. Supuestamente, Monge trabajaba como asesor del “Programa de Protección a Testigos e Imputados”, del Ministerio de Seguridad y Derechos Humanos de la Nación.

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