PSICÓTICO EN LIBERTAD

PSICÓTICO EN LIBERTAD

El juez Antonio Pastrana declaró “inimputable” al abogado Matías Sanz Navamuel y resolvió el sobreseimiento. El dictamen se basó en pericias psicológicas y psiquiátricas. El abogado recuperó su libertad. Sus tres ex parejas tienen miedo.

 

“Ahora, estando él libre, puede concretar sus amenazas de matarme. ¿Esto es justicia?”, sostuvo P.F, una de las víctimas del hombre que – según la investigación, intentó matarla mientras estaban casados.

Además del terror de la mujer y de sus otras dos ex consortes, el sobreseimiento de Sanz  Navamuel le permitiría demandar al Senado de la Provincia. Esto por cuanto la Cámara lo dejó cesante de su trabajo como asesor legislativo.

MATÍAS SANZ NAVAMUEL

El Juzgado de Garantías de Tercera Nominación, a cargo de Antonio Pastrana, resolvió dictar el sobreseimiento del abogado Matías Sanz Navamuel por ser inimputable. Así lo dispuso sustentándose en informes médicos. El abogado estaba acusado de más de veinte amenazas de muerte y violencia de género, en perjuicio de tres exparejas.

El abogado se encontraba con arresto domiciliario.

 

No está absuelto

El sobreseimiento no significa inocencia. Sin embargo, es lo mismo que una sentencia absolutoria. El juez Pastrana ordenó que el hombre continúe con tratamiento psicológico ambulatorio, como también los cuidados por parte de María Stela Maris Agüero y José María Sanz Navamuel (hijo). Y custodia policial.

En la resolución el magistrado dio por probados los delitos cometidos: “… puede concluirse que en el período comprendido entre el 29/5/20 al 7/9/21… el imputado habría cometido distintos hechos delictivos contra sus ex parejas (tres) y del hijo de una de ellas”, asegura el texto legal. Y remarca en otro párrafo: “… emerge la existencia de elementos probatorios y de convicción suficientes para establecer la participación de Sanz Navamuel en los hechos que se le atribuyen” Asimismo, las amenazas (por medio de notas escritas), fueron confirmadas por pericias caligráficas.

La fiscal de Violencia Familiar y de Género, Luján Sodero Calvet, al pedir el juicio al imputado, le quitó “toda contundencia” al informe médico. Argumento que el hombre “pudo comprender la trascendencia de sus actos y dirigir sus acciones”. En consecuencia, demandó que las acusaciones se resuelvan ante un tribunal.

 

Polémicos informes

La conclusión de la junta médica dice que Sanz Navamuel padece “Trastorno bipolar y psicosis maníaco depresiva”.  Firmaron los profesionales Virginia Albarracín; Silvina Ceballos Alonso (Poder Judicial); y  Agustín Gisone (perito de parte)

En tanto, el informe de Ignacio Manuel Crespo – psiquiatra del abogado – sostuvo que éste sufría de “trastorno cerebral neurobiológico”. Por lado de su terapeuta Diego Martín Dutto, Sanz presenta “patología incurable pero tratable”

Sólo Luis Vila, del Servicio Médico del Poder Judicial, dijo “no presenta psicosis”.

En general, se coincide en la vigilancia de la “alteración morbosa de sus facultades mentales (Sanz Navamuel) y síntomas sicóticos”. Esto en razón de “la dificultad para controlar sus impulsos; en estado de descompensación no va a comprender lo que hace… (Estas personas) deben ser internadas”

 

INIMPUTABILIDAD

Dice el artículo 34, inciso primero, del Código Penal: “(No son punibles): El que no haya podido en el momento del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones morbosas de las mismas o por su estado de inconciencia, error o ignorancia de hecho no imputables, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones”

FISCAL LUJAN SODERO CALVET

AMENAZA

“No estoy solo, sé cuándo y cómo hacer las cosas” (Nota de Sanz Navamuel)

 

CONTRADICCIONES Y PELIGROS

La inimputabilidad atiende a que un psicótico no puede ser castigado con la prisión. Como tampoco con ninguna discriminación o vulneración de sus derechos.

Por otro lado, se plantea – tal como reconocen la junta médica y el juez Pastrana – que Sanz Navamuel es violento y atacó física, verbal y por mensajes escritos a tres mujeres. Pero lo hizo debido a que no comprende lo que hace en sus episodios sicóticos ni controla sus acciones.

La cuestión es que un hombre peligroso, sicótico, queda en libertad.

Cabe preguntar: ¿qué sucede si el enfermo concreta sus amenazas y mata?

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