EL SUEÑO DEL PIBE

EL SUEÑO DEL PIBE

“Su golazo liquidó el partido”. Si el autor del elogio es el mismo que primero lo abrazó y el mejor futbolista del mundo, entonces las manos o botines de Enzo han tocado el cielo. E hicieron renacer las esperanzas de la mayoría del pueblo argentino.

 

Por Dario Illanes

 

 “En Argentina nací / Tierra de Diego y Lionel / De los pibes de Malvinas que jamás olvidaré / No te lo puedo explicar / Porque no vas a entender / Las finales que perdimos, cuántos años las lloré / Pero eso se terminó porque en el Maracaná / La final con los brazucas la volvió a ganar papá / Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar / Quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial…”

La canción de “La Mosca” (https://www.youtube.com/watch?v=i4t1bGD-j9M) ya es el hit argentino futbolero de Qatar, el que cantan los jugadores en el vestuario. Y el estribillo, apelando a los “muchachos”, te hace piantar un lagrimón. Como la explosión y desahogo feliz, popular, ante el tremendo gol de Enzo Fernández, inalcanzable para el arquero mexicano Ochoa, a los 86 minutos.

Precisamente los dígitos del año en el que el equipo de la Argentina, dirigida en la cancha por Maradona, fue campeón en México. Tal vez el Diego iluminó lo que pasó el sábado 26 de noviembre.

Cuando el pibe de 21 años pisó la cancha con el número 24 en la bella celeste y blanca, demostró que no había entrado para ser uno más. Enzo se hizo cargo de la mitad de la cancha, puso al equipo 20 metros más adelante, en un bendecido romance con la pelota.

 

Esfuerzo e inspiración

Minuto 86 del complicado partido contra el cerrado equipo rival conducido por el argentino Tata Martino. Rodrigo de Paul ejecutó el córner desde la izquierda, con un pase corto a Lionel Messi. El “10”, inspirado lector del campo, le pasó la redonda a Enzo Fernández,  en diagonal al arco azteca, fuera del área.

El changuito comprendió la entrega. Sencilla y hermosamente, gambeteó y desorientó a tres mexicanos, y con la cara interna del botín derecho la caricia al balón se convirtió en potencia y efecto. Vuelo  y maravilla la trayectoria de la pelota. Con exquisito talento, Enzo la clavó al lado del segundo palo.

La genialidad se trata de hacer simple lo difícil.

Pero nada es casual. La belleza se conjuga con el laburo y el esfuerzo. “Nadie sabe del sacrificio que hago…el barro que piso, las lluvias que sufro, el frío que paso, el calor que me sofoca… nadie ve a ese que semana tras semana se rompe el orto yendo a entrenar… pero lo mejor de todo es que yo sí lo sé. Entonces me podrás criticar, pero mientras vos hablás…yo no te escucho porque estoy entrenando”. Así posteó Enzo Fernández el 11 de mayo de 2016.

Hernán Crespo, ídolo de River y ex DT de Defensa y Justicia, quien dirigió al pibe,  dijo – emocionado en ESPN – “es un chico humilde, serio, educado, trabajador. Y talento puro”.

Entonces, confiando en estas entregas, unidos, alegres y lagrimeando cantamos: “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar / Quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial…”

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