LA PELOTA AMA A LA ARGENTINA
Ya empezaba a ser sospechoso que nos salga tan fácil. Setenta minutos de dominio argentino, dos goles arriba. Pero nacimos para sufrir. Y llegamos a los penales. Rendirse, jamás. Este equipo y el pueblo se merecia la tercera. Entonces, somos campeones otra vez.
Por Dario Alberto Illanes
Sólo con los 120 minutos de partido y la serie de penales, puede hacerse una película de suspenso, acción, aventura, terror, ternura y amor. Porque en la tremenda final entre el ex campeón Francia y el equipo de Scaloni hubo de todo, pero sobretodo, un partidazo memorable.
Y el capitán, mejor jugador de Qatar, y portavoz del héroe colectivo al estilo Eternauta, Lionel Messi, dijo a Tití Fernández, de la TV Pública: “Somos campeones del mundo. Queremos ir a Argentina y disfrutar con todos”.
Analizando el partido contra Francia, sostuvo El Mejor: “Es una locura que se haya dado de la manera que se dio pero es impresionante. Fue un partido muy raro cuando nos pusimos 2 a 2 como con Holanda y cuando nos ponemos en ventaja en la prórroga y nos empatan otra vez”.
Por último el héroe nacional reflexionó sobre su camino con la albiceleste: “Sabía que en algún momento Dios me lo iba a regalar y no sé por qué presentí que iba a ser ésta ocasión”.
De amor y pesadilla
Cuando quien tenés al lado te quiere y te apoya, cuando entre compañeros hay confianza, fe y alegría, entonces todos se potencian. Juntos, unidos, somos invencibles.
De tal modo fueron los primeros setenta minutos del partido final de Qatar 2022.
Brillantes, setenta minutos perfectos. Sinfónicas jugadas de potrero, jugadas colectivas, convicción, talento y pasión; espectáculo y fútbol total, sin especulaciones. La poderosa Francia parecía perdida en la cancha, sin saber en donde estaba la pelota.
En realidad, la pelota estaba enamorada de la Argentina.
Pero “nacimos para sufrir”. Mandinga metió la cola y en dos minutos del segundo tiempo (79 y 81) Francia empató. En el complemento, es el tercero maravilloso de Messi. Y nuevamente lo empardó Francia, con un penal de porquería. Segundos finales, tapada espectacular de Dibu, y patadón salvador de Dybala para evitar el letal tiro de Mbappé.
Y a los penales. Increíble. De amor y pesadilla.
Lionel Messi nació en Rosario un año después de la Copa que alzó Diego en 1986. Y empezó a estar siempre, incluso cuando lo puteaban. ¿Te acordás cuando en 2016, harto de los ataques, renunció a la Selección?
La tercera no sólo era la vencida. Es la merecida. Para vos y para el pueblo.
BESO DE DIOS
Seguro, la olla no se llena ni las cuentas se pagan con la camiseta. Pero esta alegría y felicidad regalada por Messi y el equipo, otros que deberían no te la dan.
Este beso divino, esta inolvidable magia alegre, desde el corazón, te ayuda a vivir. Nada ni nadie nos la puede quitar.