Tres hermanos en huelga de hambre, y su madre encadenada en el portón de la Ciudad Judicial de Salta. En reclamo de Justicia, repudiando y rechazando las cambiantes resoluciones judiciales. Por el asesinato de Jimena Salas.
Lluvia, frío y viento a las ocho de la mañana en la ciudad de Salta. Miércoles 28 de junio. En la zona norte, en la Ciudad Judicial, parecieran sufrirse con mayor rigor. A seis años y medio del brutal asesinato de Jimena Salas, a la impunidad se le suman dolores y escándalo.
Los hermanos Damián, Guillermo y Javier Saavedra – acusados desde septiembre del año pasado de matar a Jimena tras un frustrado asalto – están en huelga de hambre. Y Ana María, la mamá, se encadenó bajo la lluvia, el frio y el viento matutino en la entrada a la Ciudad Judicial.
Si tres supuestos asesinos y su madre se manifiestan con estas extremas medidas, bien puede pensarse en perversas, malignas conductas, diabólicas complicidades. O, asumiendo alguna empatía, en graves desequilibrios mentales.
Pero, en caso de conceder un pequeño espacio a la duda, ésta supera la inquietud y crece ominosamente hacia el desamparo, el miedo, el espanto. Es posible – sin que tambaleé nuestro equilibrio ciudadano – descreer en políticos, legisladores, gobernantes. Empero, nuestros bienes, la libertad, familia, la vida están en riesgo si el último resguardo en la sociedad y la Nación, la Justicia, no depara seguridad. Y sabiduría.
Asimismo, resultaría antojadizo menoscabar las tareas y criterios ejercidas por los funcionarios judiciales e investigadores. Más allá de ciertas desprolijidades, nada permite atribuirles sórdidas intenciones, manipuladoras acciones, tenebrosas conductas.
Sin embargo, las violaciones y el doble asesinato de las turistas francesas (29 de julio de 2011) expusieron en un tribunal a policías “plantando” pruebas falsas, torturando, culpando a inocentes.
¿Persecución?
Los tres hermanos Saavedra comenzaron, el martes 27 de junio, una huelga de hambre. Denuncian “persecución” por parte de la Unidad Fiscal encargada de investigar el femicidio de Jimena Salas. El organismo del Ministerio Público está integrado por la fiscal Mónica Poma; el fiscal de Graves Atentados contra las Personas, Leandro Flores; y el fiscal penal de Derechos Humanos, Gabriel González.
Javier continúa detenido desde el 20 de septiembre de 2022. Damián regresó a la cárcel por dictamen del juez Eduardo Barrionuevo. Guillermo mantiene la prisión domiciliaria.
El veterano y reconocido abogado penalista Marcelo Arancibia es el defensor de los Saavedra. Sus amplios y actualizados conocimientos, como abultada experiencia, le otorgan sobrados créditos. También la “cancha” suficiente para “no comer vidrio”. Dicho de otro modo: desecha causas perdidas.
Arancibia asegura la “total inocencia” de los tres hermanos. Presentó pruebas en tal sentido. Y aseguró: “la única prueba contra ellos es un ADN, el cual objetamos y pedimos contraprueba, que nos fue negada”.
En éste sentido, el defensor describió: “Hay una falencia técnica, producto de un error humano. Mis defendidos jamás obstaculizaron el accionar de la justicia”. Y, pese a los reveses recientes, Arancibia mantiene incólume la defensa.
Por su parte, la mamá de Damián, Guillermo y Javier sostuvo, encadenada: “Hay una tremenda injusticia; hace más de ocho meses están acusados y sin libertad, siendo absolutamente inocentes”. Ana María señaló: “No tienen ninguna prueba en contra, sólo un ADN trucho y sucio como las manos del CIF que lo manipuló”
