Su música es tanto universal como profundamente norteña. Expresando el canto anónimo del pueblo: amor, miseria, ironía, ternura. Sencillo, polémico, salteño, genial: el “Cuchi” Leguizamón.
- ¿Por qué siempre Salta? – preguntó el periodista Humberto Echechurre.
- ¡Pero chango!… Existen tantas razones… Pero te digo sólo una: todas las ciudades tienen olores, pero el aroma de Salta es único. Tiene una cantidad de yuyos secos que brindan un perfume increíble; el pan es otra de las cosas que perfuman profundamente el ambiente. Como es un producto caro, la gente humilde lo fabrica con excelente trigo en sus hogares. – respondió Gustavo “Cuchi”Leguizamón.
“A solas con el ‘Cuchi’Leguizamón” fue el libro, con prólogo de su colega en el diario El Tribuno, Alfonso Subelza. Publicado en 1995, la obra consta de 163 páginas en una amable entrevista con el artista, reuniendo en varios domingos sus testimonios, vivencias, pensamientos, poesía y legado inmortal.
Gustavo “Cuchi” Leguizamón nació en la ciudad de Salta el 29 de septiembre de 1917. Partió de la tierra que amo y cantó el 27 de septiembre de 2000. “Soy ese que va silbando, tarde adentro en los caminos” (Zamba del silbador)
A los 2 años, enfermo de sarampión, su padre José María Leguizamón Todd le regaló una quena. Al poco tiempo, a pura oreja, ya sacó “El Barbero de Sevilla”. Y también de oído continuó con el bombo, la guitarra y el piano.
Jugó rugby, fue abogado, profesor de Historia y Filosofía en el Colegio Nacional; diputado provincial. Y bohemio.
“Mi pena y tu lento recuerdo, porque no me quieres, se quieren ya. Mi pena le da a tus penas, y a tus recuerdos su soledad” (Zamba del pañuelo)
Caminos y vinos
Veinteañero, caminos y vinos lo cruzaron con el poeta Manuel J. Castilla, el hijo del jefe de la estación de Cerrillos. De esa amistad nacieron bellezas como zambas, chacareras, carnavalitos, vidalas inolvidables. Entre tantas, clásicas como “La Pomeña” y “Balderrama”.
Asimismo, el “Cuchi” formó otros dúos creativos con Jaime Dávalos, Armando Tejada Gómez y Miguel Ángel Pérez. Como también a Leguizamón se debe el surgimiento del Dúo Salteño, con Néstor “Chacho” Echenique y Patricio Jiménez.
El barbado creó un folclore con dos voces (contratenor, alta, aguda; y barítono, grave, bajo) en contrapunto, junto a dos guitarras. Debido a las armonías diseñadas por el Cuchi, se decía que el “dúo era un trío”. Consagración en Cosquín y premiados por la Unesco.
“Déjame en lo verde celebrar el día, porque por lo verde regreso a la vida” (Zamba del laurel)
El Farito
“¿Cómo podés matar de hambre a la gente y pensar que hay que pisar los cadáveres de los sumergidos para que la patria financiera no se despeine?”, fue una de las tantas frases explosivas de Leguizamón.
Dichas tanto en la desaparecida empanadería “El Farito”, como en el elitista Club 20 de Febrero. Echechurre contó: “Quién no lo vio por su esquina preferida (Buenos Aires y Caseros), tantas veces. Sentado con amigos o con alguien a quien no conocía, que se acercaba para escucharlo. Y el Cuchi, con su simpleza, prolongaba la charla e invitaba a sumarse a la rueda informal y cotidiana”
Agregó el periodista: “A veces explosivo, pero frontal. Ojos vivaces y corazón amplio. Realmente era un privilegio sentarse a su mesa amiga”
El Cuchi Leguizamón, patrimonio popular de Salta y Argentina. “Cantando y desencantando, se le entreveran las penas” (La Pomeña)
DE BACH A SPINETTA
Bach; “El Mono” Villegas; Chico Buarque; Duke Ellington; Mahler; Milton Nascimento, Ravel; Stravinsky; Vinicius; Beethoven, fueron algunos de los nortes creativos del Cuchi. “El Flaco” Spinetta lo admiraba y llamaba “maestro”. Igual Fito Páez. Homenajeado, entre otros del rock, por Lito Vitale y Fabiana Cantilo.
COSAS DEL PUEBLO
“Estas son cosas del pueblo,
de los que no tienen nada.
Esos que amasan millones,
tienen la Casa Rosada”
(Chacarera del expediente)