A doce cuadras de la Catedral de Salta. Si llueve fuerte, como la madrugada del domingo 3 de noviembre, el canal de la avenida 16 de Septiembre/Ernesto Guevara, se desborda e inunda las viviendas.
No hace falta ser ingeniero hidráulico para darse cuenta de que la antigua canalización es obsoleta. Frente a la biblioteca Macacha Güemes (altura Florida y Virgilio Tedín), el curso pluvial se reduce y topa con un puente peatonal construido a metro y medio del cauce.
La inmunda y barrosa agua, arrastrando basura, lo supera y avanza por la calzada y veredas, invadiendo las viviendas. Si, entra a las casas.
Es natural, desde que existe la tierra y esta parte del mundo, que entre noviembre y marzo llueva en Salta, a veces con mucha intensidad. Ridículo, anacrónico, torpe, insulto al ciudadano es que funcionarios culpen a la naturaleza.
La tragedia en Valencia (España) da cuenta de que codicia, corrupción, postergaciones en obras, en algún momento desembocan en pérdidas de bienes, sufrimientos, muertes.
Arrollador
En ese sector de la avenida mencionada, al 200, canal y calzada se convierten en un arrollador río de casi 50 metros de ancho, y medio metro de profundidad en la calle. Vehículo que no fue guardado, como camarón dormido, se lo lleva la corriente. Sin herméticas defensas, la inmunda agua desbordada inunda las viviendas.
“Esto lo recuerdo desde que era niño, y eso fue hace bastante; siempre, con las tormentas, el canal se desborda. Sin defensas, las casas se inundan”, sostuvo José María Chaile, presidente de la biblioteca Macacha Güemes.
La actual administración municipal aumentó más del 250 por ciento los impuestos. En la boleta de EDESA estos superan las tarifas de luz, agua y alumbrado público. La mayoría de los vecinos consultados de la zona decidieron no pagarlos.
“Los impuestos no son sólo para pagarles sus sueldos, sino para que nuestras casas no se inunden”, sostuvo Pedro, residente en la avenida 16 de Septiembre.