Malestar creciente; inmovilismo; internismos; año electoral y alianzas; ineficiencia en áreas estratégicas; escasos fondos desde Nación. Para comprender los cambios que el gobernador de Salta tiene en mente.
“Gustavo, por supuesto. Después, sobran los dedos de una mano para nombrar a quienes se mueven, hacen”, contó ácidamente a Norte Social una alta fuente del Ejecutivo salteño.
A días de cumplir un año la segunda gestión de Gustavo Sáenz, el gobierno provincial se muestra carente de proactividad, dinamismo, audacia, frescura, ideas. Las benévolas críticas señalan inactividad. Otras son más duras, tanto dentro del oficialismo como en la oposición: ineficiencia y desconexión de la realidad social.
Las áreas cuestionadas son, principalmente: Seguridad, Salud, Producción, Comunicación, Turismo, Cultura, Desarrollo Social.
Apenas sobrevivirán Gobierno, Derechos Humanos y Trabajo; Economía; Infraestructura y Educación.
Precisamente Ricardo Villada, alfil del gobernador, dijo al medio Informate Salta: “La actividad pública es demandante y también las exigencias van cambiando, por eso el gobernador hará cambios, seguramente para un fortalecimiento de la estructura del gobierno provincial para afrontar un 2025 que tiene la complejidad de este 2024, pero también un proceso electoral (sic)”
Carisma
La Coordinación Administrativa parece no haber coordinado sabiamente. Y un ministerio considerado lejos de conflictos, rebosante de buenas noticias, como lo es Turismo, funcionaría en “piloto automático”
Peligrosamente preocupante es la dirección en Seguridad. Autoridades detrás de los acontecimientos, sin reflejos, aislados de las fuerzas, instituciones y población. Carente de propuestas propias.
Entre los funcionarios de la estructura gubernamental impera la incertidumbre. Pues los cambios alcanzarían secretarias, direcciones, asesorías.
El ministro de Gobierno puso en el tablero las elecciones en 2025. Comicios provinciales, pero también para legisladores nacionales. Salta renueva 3 bancas en el Senado y 3 de las siete en Diputados.
Más allá de especulaciones políticas y lobbys, sólo Sáenz conoce lo que sucederá. Coteja entre las alianzas necesarias y posibles; nombres; escasas personas en quienes confía política y personalmente. Y el temor de que, faltando aún tres años de gobierno, ya no alcance su carisma.