Buscando honestamente ingresos, fue lavacoches, verdulero, canillita. Buen estudiante y deportista, se convirtió en uno de los siete primeros astronautas de la NASA que fueron al espacio. Estudio, trabajo, fe, esfuerzo, persistencia, no bajar los brazos, valentía, lo llevaron alto.
A los 38 años, John Glenn miró a la Tierra desde más allá de las nubes. Lo hizo hasta los 77 años. Se convirtió en mito entre los astronautas del mundo.
Según sus palabras, persistir, pese a todo, y fe, fueron claves en su vida. Se dió cuenta que Dios no busca perfectos, sino quienes desde sus limitaciones no se rinden y buscan llegar de modo honesto. “Esfuerzate y se valiente”, como dice Josué 1:6.
Este pionero, cuyo padre plomero le enseñó a luchar, testimonió que la duda, el miedo, la pereza, el desánimo, la depresión, inmovilizan. Hay atajos, engañosas ganancias pasajeras, que impiden la meta. El cielo, la montaña, el título, la carrera, se alcanzan con la preparación, el entrenamiento, el estudio, el sudor.
El único fracaso es abandonar.