Es cierto el relajamiento de parte de la sociedad salteña. Como el notable aumento de casos positivos. El gobierno de Salta apuntó contra la circulación masiva de personas y el fútbol. Ahora el rigor es contra las actividades populares, mientras que para quienes tienen plata para turismo, continúan.
El gobernador de la provincia, Gustavo Sáenz sostuvo: “No podemos garantizar que no tenemos circulación viral”. Y anunció que nadie ingresa al territorio provincial y se endurecen los controles y salidas personales. En diez días se triplicaron los casos.
La segunda semana de julio se abre con mayores restricciones, las cuales significan un retroceso en la apertura social y comercial vivida hasta el momento.
Si bien no se puede generalizar, fue evidente que muchas personas en Salta comenzaron a hacer caso omiso de la prevención, la cual es la única arma contra el Covid 19. Los argumentos iban desde “no pasa nada, en Salta no hay virus circulando”, o “estamos protegidos por el Señor y la Virgen del Milagro”. Hasta aquí respetables opiniones. Pero también necedades como las de que el virus es un invento. A lo sumo, una gripe más.
Contagios y pobreza
Indudablemente, los datos justifican el retroceso. Todos los días aumentan los casos, principalmente en la Capital, los departamentos Güemes, Orán y San Martín. Con la amenaza desde Bolivia, Chile y Paraguay, en las fronteras internacionales; y los peligros de Chaco, Jujuy, Formosa, Santiago del Estero, Tucumán y ahora Catamarca. La cuestión es que son miles quienes provienen de esas provincias y trabajan en Salta, o viceversa.
Empero, hay que destacar algo no dicho por las autoridades: como se desconoce la evolución de los contagios, una de las preocupaciones es la disponibilidad de camas críticas. Los enfermos necesitan terapia intensiva, y respiradores, intubaciones, que son escasísimas.
La otra alarma gubernamental es la posibilidad de que más de 322 mil personas dejen de recibir el Ingreso Familiar Extraordinario (IFE), debido a la supuesta situación favorable de Salta. El hecho de que el 21 por ciento de la población salteña hayan tenido que pedir este subsidio da cuenta de la dramática situación de pobreza e indigencia de salteñas y salteños. Situación pre-pandemia, pero que las restricciones para procurarse el sustento diario agravó.
¿El fútbol contagia?
Empíricamente, en Salta no hay ninguna prueba de que ir a las ferias barriales, jugar al fútbol o andar por el centro de la ciudad haya causado contagios. Para esto se necesitaría realizar testeos masivos en concentraciones de personas, las cuales no se han hecho.
Sin embargo, el ministro Ricardo Villada cargó duramente contra dichas actividades. El servidor público se mostró enojado, contando lo que habíar visto mientras circulaba por la avenida Arenales. Y aseguró que en las canchas barriales se juntaban más de diez personas a jugar, pelotear o incluso realizar campeonatos, con equipos en espera y público. Todo sin tener en cuenta el distanciamiento social. La crítica fue, además de los espacios recreativos barriales, hacia las canchas de fútbol 5.
A partir del lunes, todas las actividades deportivas colectivas están prohibidas.
SIGUE EL TURISMO
“Sabíamos que iba a llegar este difícil momento y sabemos que debemos afrontarlo todos juntos”, destacó el gobernador de Salta. De este modo dió lugar a las medidas anunciadas por los ministros Villada y Posada. Chau actividades populares. Pero quienes tienen plata, pueden hacer turismo.
CARENCIAS
Los informes oficiales se contradicen con testimonios como el de Mario Cerruti, el médico clínico contagiado de coronavirus en Tartagal. Aislado en el Hospital Juan Domingo Perón informó que le sorprendió que a tres meses del inicio de la pandemia en Salta, haya carencias para encararla.