Quienes tienen poder y recursos (económicos, políticos, mediáticos) pueden sobrevivir e incluso hasta ganar aunque la Argentina se hunda. La tragedia es para aquellos que subsisten con un sueldo bajo, sin ingresos fijos, o laburan en negro.
Por Dario Illanes
Tan mala es la situación que hasta a una jubilada, cobrando 45 mil pesos, le dicen “vos estás bien”. Mucho mejor se encuentran los trabajadores registrados, sea en el Estado o la actividad privada. Por supuesto, muy lejos de quienes cuentan mensualmente con seis dígitos de ingresos.
En el otro extremo, más de la mitad de la población. Laburando y cobrando en negro, por menos de 50 mil pesos; vendiendo pollos asados en la calle; o reponiendo mercadería más cara de lo que la vendieron la semana pasada.
Absurda, cruel es la penuria del pueblo argentina. Tanto para pensar seriamente si no convendrá estar preso. Al menos tenés techo, comida y no pagás boletas.
La alimentación de cada persona detenida en los penales y alcaidías de Salta, “por mes, cuesta cerca de mil pesos”. Así lo aseguró Ángel Sarmiento, director general de Políticas Penales (https://ariesonline.com.ar/contenido/81576/la-emergencia-carcelaria-traera-cambios-en-la-alimentacion-de-los-internos) $ 1000 diarios para las cuatro comidas diarias de una persona. Treinta mil pesos mensuales. Excelente noticia.
La paradoja – dolorosa, escandalosa – es que hay familias de cinco personas que no llegan a quinientos pesos por día para comprar alimentos. Así también desesperan comedores populares.
Dolores y necesidades
En los grandes medios se habla de “golpe de mercado”; de que Alberto y Cristina no se hablan – el lunes 4 de julio cenaron juntos en la residencia presidencial – ; del dólar “blue” (que en Salta se vendió a $ 290); o de la desconfianza de los mercados (¿?) Pero el pueblo sufre por cuestiones más cotidianas y sensibles.
La noche del domingo 3 de julio, luego de la designación de Silvina Batakis como ministra de Economía de la Nación, Crónica TV realizó un relevamiento en la calle y por internet acerca de las preocupaciones y necesidades populares. De modo excluyente, dos temas: precios de alimentos y salario básico universal.
O sea: comer todos los días. Desayuno, almuerzo, merienda y cena.
En este sentido, la flamante ministra de Economía recibió este mensaje: “Querida @sbatakis te banco fuerte pero no te felicito; eso de andar felicitando designaciones no me cabe; me reservo las felicitaciones para cuando implementes el Salario Básico Universal” El autor fue el dirigente social Juan Grabois.
El planteo de Grabois es de larga data, reclamado por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). El autor del proyecto del Salario Básico Universal es el diputado nacional Itai Hagman.
“¿Por qué necesitamos un Salario Básico Universal?”, reiteró Hagman en Twitter, el domingo 3 de julio. “En Argentina hay millones de personas que se rompen el lomo laburando diariamente, sin embargo no todas tienen un empleo formal con un ingreso estable que les garantice condiciones mínimas de vida. Se estima que ese universo ronda los 7,5 millones de personas”, sostuvo.
La propuesta es que el Salario Básico Universal sea el equivalente a la Canasta Básica Alimentaria de un adulto (alrededor de $ 15 mil). La cobrarían las personas desocupadas, informales, monotributistas sociales, trabajadores agrarios y de casas particulares.
Asimismo, la iniciativa también establece que cobrarán el 50% del Salario Básico Universal los monotributistas de categoría A y asalariados registrados con ingresos miserables.
CASI 8 MILLONES DE PERSONAS
La estimación es que el Salario Básico Universal lo recibirían alrededor de 7,5 millones de personas. De sancionarse, el economista y diputado Hagman estima un costo fiscal anual bruto de 2,1% del PIB. Esto significaría entre mil y 1200 millones de pesos.