El juicio contra Cristina Fernández de Kirchner ha trascendido el ámbito judicial y político. Más allá de posiciones y opiniones personales o partidarias, la respuesta popular demuestra un hecho social.
“Hecho Social” es un concepto básico en la sociología y la antropología. Fue acuñado por el francés Émile Durkheim, quien estudió la Toma de la Bastilla y las Repúblicas de Francia. Alude a comportamientos, formas de ver, pensar, actuar y sentir, ajenos a la conciencia. El Hecho Social significa conflicto y bisagra histórica.
Desmadrado, puede estallar violentamente. Destruir la convivencia, la democracia y la sociedad. Dirigido sabiamente, alumbrar venturas.
Tal vez la historia diga que todo comenzó el lunes 22 de agosto de 2022. Fue cuando el fiscal federal Diego Luciani, en su alegato por la causa conocida como “Vialidad”, solicitó al tribunal que la vicepresidenta de la Nación sea condenada a 12 años de prisión y se la inhabilite de forma perpetua para ocupar cargos públicos. En su inédita acusación subrayó: “Señores jueces: es corrupción o Justicia”
Hasta aquel lunes, los respaldos a Cristina Fernández de Kirchner eran acotados, reservados a la militancia kirchnerista. Lo mismo que la comprensión de la expresión de origen inglés “lawfare”, o “guerra judicial”. De acuerdo a la expresidenta, el lawfare es el ejercicio del Poder Judicial como actor partidario. Para armar causas y desprestigiar políticos populares.
“Son ellos o nosotros”
Tras el durísimo pedido de condena de Luciani, la oposición al gobierno del Frente de Todos; antiperonistas; quienes repudian y/u odian a Cristina Fernández; el establishment; los medios hegemónicos, aplaudieron y festejaron. En cambio, personas comunes, ajenas a la militancia, fuera de estructuras estatales o partidarias, desde Tierra del Fuego a Jujuy, pasaron del estupor a la indignación. Entendieron que la pretendida condena significa proscripción. Borrar del mapa.
Y se movilizaron espontáneamente. Superando convocatorias orgánicas. Tanto que el diario Clarín tituló, desmesuradamente: “La ciudad (de Buenos Aires) sitiada por el kirchnerismo”
Con extrema, brutal sinceridad, el diputado nacional opositor Ricardo López Murphy escribió en su cuenta de twitter: “Son ellos o nosotros” (@rlopezmurphy; 7:36 p.m. 27 ago. 2022) Gracias a Dios, hasta el momento, no hay aprestos para bombardear argentinos. Tampoco prohibir los nombres Néstor, Cristina, kirchnerismo.
Los invasores
El coqueto barrio de la Recoleta es llamado “la París argentina”. Tanto por el origen francés de sus primeros habitantes como por su arquitectura. Allí tienen sus propiedades las familias más ricas de la Argentina.
En la Recoleta se encuentran sucursales de importantes casas de moda de Francia e Italia, y centros comerciales de alto consumo. También es un polo gastronómico refinado.
La sofisticación y el glamour se contaminaron – desde el pedido de Luciani – con los olores y humos de los puestos de choripanes, ofertas a los gritos de sánguches, remeras, banderas, gorros. Con imágenes de Perón, Evita, Lula, Evo, y Cristina.
Los invasores se congregaron alrededor de la esquina de Juncal y Uruguay, en donde tiene su departamento la vicepresidenta. Ellos son una heterogénea multitud compuesta de familias anónimas, militantes, jóvenes marginados, “progres”, peronistas de raza, exradicales, exsocialistas, “buscas”. Y servicios de inteligencia.
Excepto a los últimos, el sábado 27 a la tarde, la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, a puro garrote, los desalojó a todos.
ACUSACIONES
En el juicio contra Cristina Fernández de Kirchner, Diego Luciani la acusó de los delitos de “asociación ilícita, en calidad de jefa”; y “administración fraudulenta agravada, por haber sido cometida en perjuicio de la administración pública”. Pidió doce años de prisión e inhabilitación política de por vida.
LO QUE NO TE MATA…
Tal vez para el antiperonismo haya sido un tiro por la culata. Dicen que la movilización en respaldo de Cristina Fernández unificó al peronismo y aliados, dando fuerza para impulsar políticas estatales populares, largamente demandadas. Por ejemplo, un aumento de 30 mil pesos para los trabajadores, tal como reclamó – el viernes 26 – el diputado Máximo Kirchner. También la recuperación del control de la Hidrovía. Como de las exportaciones.