Juan llegó al lugar pactado para la entrevista con un peculiar barbijo: excelente calidad y tela, colores celeste y blanco, y las figuras de Perón y Evita. Sonriente, franco, lo primero que hizo fue entregarnos uno similar, dentro de una bolsa de polietileno. “Los hacemos con mi compañera, no para venderlos, sino para entregarlos”, aseguró.
– Por algunos medios se ha dicho que la necesidad, el hambre, la desocupación, la búsqueda de un pedacito de tierra, rozan el delito. Y que usted es un instigador de estas acciones. ¿Lo sos?
– (Risas) ¡Para nada soy instigador de delitos! Si soy instigador de que la gente viva mejor, porque soy peronista. Lucho para que el pueblo solucione su vida. Como dijo la compañera Evita: “donde hay una necesidad, hay un derecho”. El derecho a la tierra, al trabajo, a una vida mejor, en donde desarrollar los sueños, son derechos. Por eso, desde mi concepción, estamos obligados a hacer todo, todo lo que sea necesario, para que el pueblo viva mejor. Por eso gestionamos; en el Congreso Nacional, con la Nación, y acá en Salta, como corresponde, con el gobernador (Gustavo Sáenz)
– ¿Qué gestiones, qué acciones?
– Pudimos obtener ayudas para hospitales del interior, como Morillos y Orán, por alrededor de más de medio millón de pesos. Ampliar las ayudas nacionales. O ir a ponerme delante de la Infantería (de la Policía) para que no baleen a la gente que tiene necesidades; también hablar con el gobernador. Hago lo que tengo que hacer, como ciudadano, diputado y peronista.
– ¿Se avanzó en algo por las tierras?
– Me aseguró el gobernador que están buscando con su gabinete como resolver el problema. Por lo pronto, no se desalojó, no hubo represión. Yo he sido muy crítico con Sáenz cuando fue intendente, ahora valoro que paró los desalojos. Quiero dejarlo en claro: yo busco soluciones, no conflictos; no juego con las necesidades de la gente, eso es macrismo.
– ¿Cuál es el problema?
– El problema de las tierras es que están en manos de poca gente, tierras que no generan nada. El Estado tienen que hacerse cargo y entregarlas.
Militante desde los diez años
– ¿Llegaste a ser diputado por estar al lado del “Oso” (Sergio) Leavy?
– ¡Ja, ja ja! Mi historia política empieza desde antes de nacer, y tengo 47 años. A los diez años, con mi papá, él hizo unos volantes en mimeográfo, contra la entrega de las islas del Canal del Beagle, y con mi viejo salimos a pegarlos con engrudo. Después me uní a la Agrupación Germán Abdala, con el Chacho Alvarez y el Grupo de los Ocho, enfrentando las privatizaciones de (el ex presidente) Menem. En Salta formamos la agrupación “El Aguante”, dentro de la Agrupación nacional “Octubre”, y nos sumamos con militancia al Partido de la Victoria. Nunca fuímos militantes rentados. Les reconozco a Sergio Leavy y a Antonio Vilariño que nos abrieron las puertas. Soy secretario del Partido de la Victoria, y así me eligieron para ser candidato a diputado nacional, y el pueblo me votó.
– De ser militante de base a ser diputado argentino, ¿que se siente?
– Creo que la política es la herramienta para cambiar la realidad de los que sufren, no para sumar patrimonio personal, sino para servir. ¡Es maravilloso!
– El ingreso Familiar Extraordinario (IFE) ha sido aplaudido e imitado en el mundo, en tiempos de peste…
– ¡Lo de Alberto (el presidente de Argentina) es maravilloso!, en una situación crítica, en una pandemia que destroza las economías del mundo, de Argentina y Salta. Eso es peronismo, poner al Estado protegiendo, una política que pone la salud, la vida de los argentinos y las argentinas primero. A los que pusieron la economía primero, les cayó la economía, y encima son récord en muertes…
EL ARMA DE LA ALEGRIA
“En nuestra organización (El Aguante y Octubre) creemos que la construcción de la Patria se hace con estudio y trabajo, por eso nuestros militantes saben que tienen que estudiar y trabajar, y repudiamos la droga y el alcohol. Estas dos cosas son mecanismos de control del poder. En nuestras fiestas no vas a encontrar nada de esto, y son fiestas alegres, porque la alegría es nuestra arma fundamental. La alegría es peronista”
“NO ME DIGAS DIPUTADO”
“Por favor, no me tratés de diputado”, nos dijo Ameri. Y agregó: “yo soy tu compañero, soy militante, soy peronista. Ser diputado no define quien soy”
Juan Emilio Ameri llegó al Congreso Nacional viniendo de abajo. Laburante, peronista, militante. Vive en la zona sudeste, edificó su casa con sus manos. Hoy se considera un compañero, como diputado nacional, en línea directa con Alberto Fernández, construyendo los sueños de “El Aguante”.
El concepto
“Lo he dicho, lo hemos dicho; lo mantengo y mantenemos. El límite (político) es Romero”, (en referencia al senador Juan Carlos y la intendenta Bettina)