La cuarentena no iba a impedir a fumar pasta base y tener sexo duro. Entonces – de acuerdo a una de las hipótesis de la investigación del crimen, dirigida por la fiscal Ana Inés Salinas – el viernes 27 de marzo, Agustín Morales salió del departamento de la avenida Belgrano al 900, donde “cuidaba” a su abuela Leonor. Subió a una Ford Eco Sport color champagne, recogió a su amigo Federico Leonardo Detzel y fueron en busca de una transexual. En las calles Florida y Corrientes encontraron a Tania Rocío Aguirre, vestida para la ocasión, dispuesta a un trío orgiástico. Los tres en el vehículo marcharon a buscar lo que faltaba para la fiestita: bebidas alcohólicas y pasta base. Con todo lo necesario para el cóctel concunspicente, Agustín regresó al depatarmento de su abuelo. Guardó el auto y entró junto a la compañia en la vivienda ajena. Los tres desbordan de excitación, alimentada por los “saques” que ya se habían dado.
Del dormitorio de la abuela salía el sonido del televisor encendido. Pero ella esperaba al nieto en la cocina, para reclamarle su salida nocturna en plena cuarentena, y además llevarse la Ford. Al ver que Agustín entró acompañada de una prostituta trans y un amigo adicto, todos con los ojos enrojecidos y oliendo a alcohol, se indignó y pidió que se vayan.
Saña y alevosía
A la mañana, una amiga de Tita entró al departamento tras infructuosos llamados a su celular. Estaba preocupada por su salud, pero la encontró muerta. Estaba tirada sobre un nutrido charco sanguinolento, en la cocina. Había sido brutalmente apuñalada.
Poco después se detuvo al nieto, y mediante las cámaras de seguridad, se llegó a Detzel y la trans. Las primeras pericias determinaron que la mujer fue atacada en la cocina, aparentemente por las tres personas, que Tita, pese a las 15 puñaladas en el pecho, cara y espalda, logró defenderse y aún malherida se levantó. Tales son las huellas de sangre en los muebles de la cocina y heladera.
Asimismo, por las huellas, aparentemente tras el último suspiro de la abuela, el trio pasó por encima del cadáver y marcharon al dormitorio de Agustín. Este le dio paso a Tania y Federico, cerró la puerta y continuaron con el demoníaco desborde de droga, sexo y muerte.
Reconoció no cumplir la cuarentena
De los tres imputados como coautores del homicidio calificado de Leonor Gine, sólo Tania Aguirre declaró ante la fiscal Salinas.
En su declaración, la trans reconoció que cometió el delito de violar el DNU nacional que establece el aislamiento social (cuarentena). Pero se desmarcó del femicidio.
Según contó su abogado, la transexual “colaboró” con la Justicia al reconocer su falta contra la cuarentena. Y contar cual fue su papel en lo que sucedió la madrugada del 28 de marzo. De acuerdo a su declaración indagatoria, ella es una trabajadora sexual de la calle, fue contratada para sus servicios sexuales y desconoce lo que sucedió antes y después del trio en el departamento, con Morales y Detzel.