Se dijo que las fuerzas federales de seguridad e incluso el Ejército reforzarían los pasos humanos en la zona limítrofe. La zona limífrofe es un colador. Tal como ocurre en Jujuy, el virus se disemina más allá del contrabando acostumbrado. Los contagios crecen exponencialmente.
“Mi mamá se me murió en las manos, porque no había respirador”, supuestamente expresó el periodista Gustavo Guillermo Flores en una entrevista con VideoTar, de la localidad salteña de Tartagal. El testimonio fue divulgado en las redes sociales. “Ayer (por el jueves 13 pasado) a las 7 de la tarde la llevé al hospital de Mosconi; le faltaba el aire. Increíblemente solo hay un tubo de oxígeno. Indicó que llegó a las 20 al hospital de Tartagal y alrededor de la medianoche les informó que su mamá había fallecido. “No se apareció un médico. Hay gente tirada en el piso. ¿Y sabes qué me dijo la enfermera? ´Disculpá, pero tu mamá tiene 65 años y yo tengo que priorizar por una persona que tiene menos edad´. Me la dejaron morir. Mi vieja se me murió en los brazos porque no había un puto respirador artificial”. Oficialmente no se confirmó si esta información es real.
Lo que si sabe es que Tartagal y su área de influencia se encuentra en rojo. Así lo informó el presidente Alberto Fernández y lo confirmó el gobernador Gustavo Sáenz. La principal ciudad del norte salteño y cabecera del Departamento San Martín ha vuelto a la fase uno, de total cuarentena y los contagios se multiplican.
El virus circula entre la población.
Al borde de la tragedia
Por las redes sociales y en los canales de TV porteños se difundieron imágenes (algunas viejas) del paso ilegal de bolivianos hacia las localidades salteñas fronterizas de Aguas Blancas y Salvador Mazza, desde Bermejo y Yacuiba, respectivamente.
Toda esta zona – se tratan de 742 kilómetros de frontera incluyendo a las provincias de Jujuy y Salta limítrofes con Bolivia – constituye una unidad regional de relaciones, intercambios y cotidianidad étnica, económica, cultural, familiar y social, desde hace siglos.
El gobernador le pidió al presidente la presencia del Ejército en la región, pero las leyes impiden que haya fuerza militar con poder de fuego. Esto sólo está reservado a la Gendarmeria, Policía Federal y y Prefectura, y en caso de flagancia, a la Polícia local. Desde el Virreinato el contrabando es cotidiano y naturalizado.
Con la tragedia sanitaria en Bolivia, agravada con los conflictos políticos internos del vecino país, en donde el sistema de salud está colapsado ante la multitud de contagios y muertes, los bolivianos huyen de su país. A la Argentina.
Ahora, con la baja en las aguas del Río Bermejo, son centenares las personas que desde Bolivia cruzan caminando hacia la Argentina. No sólo por el contrabando, sino para escapar de la arrasadora pandemia en la nación hermana. El problema es que entre ellos, sin testeo alguno, hay portadores del virus.
Más allá de las intenciones políticas y las acciones de seguridad, parece improbable el modo de evitar el tránsito peligroso. Con un precario sistema de salud.