Rítmico para bailar y bonitas historias en sus letras para escuchar. En sus comienzos fue adoptado por los pobres. La “Mona” y Rodrigo, entre otros, lo llevaron a todas las clases sociales de la Argentina. “La mano de Dios”, dedicado a Maradona, ahora es un himno.
Poco después de la muerte del mítico Diez, los legisladores de la ciudad de Córdoba declararon al género músical cuarteto “ expresión genuina de su cultura musical”. La resolución significa “que más allá de lo meramente representativo del reconocimiento al género musical de la provincia, habrá medidas y acciones educativas para fomentar su continuidad y difusión”
Esto se suma a la ley cordobesa que declaró en 2013 al cuarteto “como género folklórico musical propio, característico y tradicional de la Provincia de Córdoba”Asimismo las dependencias encargadas del área de Educación instrumentarán los mecanismos pertinentes para incorporar información sobre la historia y las connotaciones sociales del cuarteto en su material educativo”.
A diferencia de la música tropical, el cuarteto surgió – en el campo y la periferia urbana – de la combinación de ritmos de inmigrantes italianos, españoles y algo afroamericanos. En 1943, Augusto Marzano formó el Cuarteto Característico Leo, en honor a su hija Leonor. Esta le dió el estilo en el piano con su mano izquierda, lo que se pasó a conocer coloquialmente como “tunga tunga”
“Tunga tunga”
El 1 de julio de 1967 debutó el Cuarteto Berna, que estaba integrado por Bernardo Antonio Bevilacqua en piano, Daniel Franco en acordeón, Dante Franco en guitarra-bajo, Horacio Luna en violín y Carlos “La Mona” Jiménez en voz. Esto significaría la primera aparición de “La Mona”, que en ese momento tenía 16 años.
Este formó luego el Cuarteto de Oro, en 1972. En 1984 lanzó su primer disco solista. Cuatro años después debutó en Buenos Aires. Con el tema “¿Quién se ha tomado todo el vino?”, popularizó el cuarteto.
Al mismo tiempo apareció Rodrigo Bueno, quien con su carisma y letras con historias cortas le dieron un éxito nacional. En 1996, Rodrigo lanzó “Lo mejor del amor”, trabajo por el cual recibió el premio ACE, pero su despegue definitivo fue con el trabajo «Cuarteteando», grabado en Córdoba. Temas como “Y voló, voló” y “Ocho cuarenta” fueron los más exitosos del disco.
Así como en Salta es tradicional juntarse a cantar zambas, en Córdoba – desde fiestas familiares, bailes universitarios, canchas de basket, clubes de barrios o boliches – el cuarteto es un hecho cultural que a sus letras festivas y románticas suma el baile. Este es particular: Ondulaciones de cuerpos, movimientos de piernas y pies, vueltas de las parejas se expresan en la pista, haciendo un círculo gigante.
El himno
Compuesta por Alejandro Romero, Rodrigo inmortalizó “La mano de Dios”. (https://www.youtube.com/watch?v=EAk-l1VHzBw)
“En una villa nació, fue deseo de Dios / crecer y sobrevivir, a la humilde expresión/ Enfrentar la adversidad / con afán de ganarse, a cada paso la vida / En un potrero forjó, una zurda inmortal / con experiencia sedienta, ambición de llegar / De cebollita soñaba jugar un Mundial / y consagrarse en Primera,/ tal vez jugando pudiera / a su familia ayudar… (Comienza el ritmo y baile) / ¡Grande Diego! /
A poco que debutó / ¡Maradó, Maradó! / la 12 fue quien coreó / ¡Maradó, Maradó! / Su sueño tenía una estrella / llena de gol y gambetas / Y todo el pueblo cantó / ¡Maradó, Maradó! / nació la mano de Dios/ ¡Maradó, Maradó! / Sembró alegría en el pueblo / regó de gloria este suelo /
Carga una cruz en los hombros por ser el mejor / por no venderse jamás al poder enfrentó / Curiosa debilidad, si Jesús tropezó / por qué él no habría de hacerlo / La fama le presentó una blanca mujer / de misterioso sabor y prohibido placer / que lo hizo adicto al deseo de usarla otra vez / involucrando su vida / Y es un partido que un día, el Diego está por ganar / A poco que debutó / Maradó, Maradó / la 12 fue quien coreó / Maradó, Maradó / Su sueño tenía una estrella / llena de gol y gambetas / Y todo el pueblo cantó / ¡Maradó, Maradó! / nació la mano de Dios/ ¡Maradó, Maradó! / Sembró alegría en el pueblo / regó de gloria este suelo / … Olé, olé, olé, olé, Diego, Diego / ¡Te quiero Diego!”