Se supone que pocos entran al predio de la fuerza federal. Y casi nadie a los despachos de las autoridades. Sin embargo, diez millones de pesos, 111 celulares y documentación informática fueron robados. Desde la oficina del segundo jefe de la fuerza fronteriza.
(Foto portada: ENTRADA LIBRE. ESCUADRON 20 ORAN)
Por Dario Illanes
San Ramón de la Nueva Orán es la segunda ciudad importante de la provincia de Salta. Pero pareciera ser la primera, si de delitos se habla, en el norte argentino. Contrabando, narcotráfico, robos, asesinatos, abusos, corrupción, son comunes en la tropical tierra.
Tal vez este sea el marco para comprender un robo millonario y sensible. En un lugar que, supuestamente, debería ser uno de los más seguros e inviolables.
Según su testimonio, a las 7 del miércoles pasado, el comandante Mariano González Craham – segundo jefe del Escuadrón 20 de la Gendarmería Nacional en Orán – no pudo abrir con su llave el despacho que ocupa. La fuerza tiene el predio en la intersección de las calles Uriburu y Coronel Egues, a poco más de dos cuadras de la Municipalidad.
Llamativamente, el jefe dejó pasar toda la jornada. Al otro día, un cerrajero abrió la puerta. Y se dieron con que la caja fuerte había sido violada.
De acuerdo a la denuncia, allí faltaban alrededor de diez millones, 111 teléfonos móviles, discos rígidos, placas de videos y documentación variada. O sea, además de la fortuna monetaria, los ladrones se llevaron información confidencial.
Interrogantes
Lo primero que cualquiera se pregunta: “¿es qué no hay vigilancia en el Escuadrón?”. Luego, ¿quiénes pueden ser tan audaces o disponer de tanta impunidad para entrar al predio e ingresar a la oficina de un comandante? También, ¿por qué había tamaña fortuna y material sensible en ese despacho?
Asimismo, en una zona caliente por donde ingresan a la Argentina la mayor cantidad de drogas, cabe interrogarse: ¿qué información había en los celulares y soportes informáticos?
Oficialmente nada se dijo. Sea por parte del Escuadrón 20, la Agrupación Salta, la jefatura nacional de la Gendarmería Nacional, o el Ministerio de Seguridad de la Nación. Obligatoriamente interviene la justicia Federal. Se requirió el concurso investigativo provincial y de la Policía Federal.
En principio, hicieron los protocolos de rigor: inspección ocular; levantamiento de huellas dactilares; verificación de cámaras de seguridad; secuestro del libro de guardia; revisión de ingreso y egreso de personas al Escuadrón. Mientras ya se había escapado la tortuga.
Aparentemente, hasta el momento, la investigación no tiene nada. Como mucho, deslizan fuentes escépticas, se responsabilizaría a los gendarmes rasos que estaban en el puesto de entrada.
OTRA RAYA AL TIGRE
Nuevamente, el Escuadrón 20 Orán está bajo la lupa y es investigado por la justicia Federal. Incluso hubo integrantes de la fuerza que denunciaron a sus jefes por corruptos. La unidad debe ser una en el país en donde más cambios de jefes hubo, durante los últimos diez años.
Con respecto al robo millonario, fuentes extraoficiales aseguraron, con cierto cinismo, “como mucho, meterán presos a perejiles, pero nada más”.
Y como ejemplos citaron el robo de doce armas de guerra, la mayoría de puño, en 2015. En aquel momento, el ex juez federal (hoy preso) Raúl Reynoso ordenó la detención de siete oficiales. Luego, todo se diluyó.
Asimismo, en 2018, desde el mismo Escuadrón 20 desaparecieron 50 kilos de cocaína. Más de 30 millones de pesos.
GOLPE EN BOLIVIA
La Gendarmería es investigada por el envío de armamento a Bolivia, en 2019, durante el golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales. El comandante de Gendarmería Adolfo Héctor Caliba es uno de los investigados. Está señalado como quien coordinó con la policía boliviana el envío de elementos represivos. Si en el Escuadrón 20 de Orán había información al respecto, se la robaron.