Luego de las aglomeraciones del pasado fin de semana largo, éste domingo se prohibieron las actividades comerciales y las reuniones sociales. Una especie de Fase Uno dominguera. Hay preocupación por el crecimiento de casos. Paradójicamente, en Montevideo, capital de Uruguay, con una población semejante a la de la provincia de Salta, es el ejemplo mundial.
El “oriental” Carlos Cáceres llegó en febrero a Salta para visitar a sus familiares salteños, en el barrio San Carlos (sur de la ciudad de Salta) Acá lo sorprendió la pandemia y ya no pudo regresar a Uruguay.
Norte Social le consultó acerca de su opinión de la razón por la que su patria pueda enorgullercerse de tener, en América y el mundo, las cifras más bajas de contagios y decesos debidas a la pandemia. “Conozco Salta, amo este lugar, sus paisajes, su cultura, la gente, pero me parece que en algunas cosas como en éste virus maldito, en Uruguay no necesitamos que nos digan que tenemos que hacer, somos un poquito más respetuosos en las cosas de todos”, sostuvo el “botija”
De acuerdo a su consideración, “tal vez sea que acá en Argentina y en Salta fueron muy restrictivos, y la mayoría se desesperó; en Uruguay la cuarentena es voluntaria, pero todos la respetan. Creo que es como cuando apretás una manguera, cuando la soltás, sale más fuerte el chorro”.
El hecho es que hasta el viernes 21 de agosto, son 1516 los uruguayos contagiados en todo el país hermano. Y 42 las muertes por coronavirus en la pequeña nación. Su capital, Montevideo, tiene este año una población estimada de 1.400.000 habitantes. Casi la de la provincia de Salta. Hay clases presenciales, los comercios están abiertos y casi todos trabajan, incluso en la calle.
Extremo individualismo
Desde este domingo, por orden del gobierno salteño, estuvieron cerrados locales gastronómicos, supermercados, shopings y se prohibieron las reuniones sociales, presencia en espacios públicos, actividades deportivas grupales y la circulación desde medianoche hasta las 6 de la mañana. En relación a ésto, Norte Social consultó al vicegobernador de Salta.
– ¿Las medidas ordenadas por el gobierno obedecen a que estamos al borde del crecimiento exponencial del virus en Salta?
– No hay crecimiento exponencial, para nada, estaríamos muy mal si así fuera. Esto se trata de controlar los contagios; lo que hemos pedido desde el gobierno es evitar las aglomeraciones, es controlar las reuniones sociales. Lo que sucede en Salta es que hubo un desborde por parte de los salteños.
– ¿Se refiere a las multitudes apiñadas durante el Día del Niño y el banderazo del pasado fin de semana largo?
– ¡Eso fue un total despropósito! Nosotros, como gobierno, y los médicos apelamos a la responsabilidad social, no en prohibir; pero parece que esto no fue comprendido…
– Uruguay tiene una población apenas superior a la de la provincia de Salta, y allí la cuarentena fue voluntaria. Sin embargo, tiene la tasa más baja de Latinoamérica de afectados. ¿Eso se debe a la responsabilidad personal y social de los uruguayos?
– ¡Totalmente! En Salta, los casos positivos, las muertes, tienen todo que ver con la responsabilidad personal. Se trata de la falta de respeto a los derechos de los otros, de los desbordes, de actuar como si nada pasara, de perjudicar la salud pública.
RESPUESTA CIUDADANA
Los estudiantes en las aulas, vendedores callejeros trabajando, negocios e industrias abiertas, la tasa de contagios y muertes más bajas, en Uruguay. La cuarentena fue voluntaria. Depende de la responsabilidad personal, ciudadana. Fue un éxito. El 90 por ciento respondió a cuidarse y cuidar al otro y otra.
SUELDOS
En Uruguay hay un total apoyo al flamante gobierno de Luis Lacalle. Desde el comienzo del ataque de la peste, el gobierno ordenó un 20 por ciento de reducción en los sueldos de los funcionarios públicos – desde el presidente a jueces y legisladores – para aquellos que cobran más de 135 mil pesos (argentinos) mensuales de los fondos públicos.