El joven estudiante de Ingeniería, oriundo de Tartagal, desapareció el 11 de mayo. Vivía con su tía en barrio Hernando de Lerma. Al salir de esta casa habría dejado una carta de despedida a sus familiares. Empero, interviene la Unidad de Graves Atentados.
Según su familiar, el universitario de 24 años le dijo “ya vuelvo”. Pero desde aquel 11 de mayo nunca más se supo de él. Hasta ayer a la siesta, cuando los investigadores lo encontraron sin vida. De acuerdo a las versiones, el hallazgo fue en la ribera del río Arenales, en Villa Lavalle, zona sudeste de la ciudad.
El fiscal penal Gustavo Torres Rubelt no comunicó algún indicios preliminar que habría ocasionado su muerte. Fuentes de la investigación deslizaron que el silencio obedece a que el funcionario espera conocer el informe de la autopsia, y luego cotejar estos datos con las pesquisas que se habían desarrollado. Sólo se sabe que fue por asfixia mecánica por ahorcamiento.
Empero, otras fuentes, apuntaron a la posibilidad de la muerte autoprovocada: suicidio. Sin embargo, el fiscal – habida cuenta de los malos recuerdos que trae este concepto con la anterior Procuración – avanzarían en la investigación sin descartar ninguna hipótesis.
Del Arenales a Vaqueros
Franco David Cuellar estudiaba Ingeniería Química, y pese a la imposibilidad de clases presenciales, había contado que se preparaba para los probables exámenes en julio.
Desde su misteriosa desaparición se hizo cargo del proceso investigativo el fiscal penal Gustavo Torres Rubelt. Las acciones sobre su búsqueda se habían enfocado en la zona donde fue localizado por última vez, mediante datos de impacto recibidos desde su celular, como también por cámaras de seguridad.
Por esto la búsqueda comenzó en el barrio Ceferino, a poca distancia del lugar donde vivía, para luego pasar al río Arenales. Partiparon efectivos de Caballería, Canes, Brigada de Investigadores, CIF, civiles del Grupo de Búsqueda y Rescate Salta y del Servicio Penitenciario Provincial con sus canes. Las tareas no arrojaron nada.
Otra línea investigativa trasladó la búsqueda más de diez kilómetros al norte de la ciudad, en la localidad de Vaqueros. Con el idéntico infructuoso resultado.
¿Dato anónimo?
Con diez días de rastrillajes sin éxitos, el fiscal Torres solicitó públicamente la colaboración de toda la población, a fin de cualquier datos en procura de localizar a Franco.
Aparentemente, un dato anónimo es el que posibilitó hallar a Franco. Pero no como se lo espraba encontrar.
Presunta carta
Según trascendidos no confirmados, el muchacho habría dejado una carta a la familia en donde residía temporalmente. En esta supuesta misiva, Cuellas les agradecía y pedía perdón.