REPUDIOS Y URGENCIAS

REPUDIOS Y URGENCIAS

Chicos, viejos, laburantes, mujeres, pobres, en 21 provincias, repudiaron lo conocido. Desde la renuncia de Chacho Álvarez a la vicepresidencia de la Nación, y luego el “que se vayan todos”, no se supo escuchar lo que Milei aprovechó.

 

Tras cuatro décadas de plena democracia, el triunfo de Milei significa la derrota de toda la clase política: Peronismo, Juntos por el Cambio (con la UCR adentro en segundo plano), Izquierda. Fracasaron.

El resultado del 19 de noviembre tiene sus raíces en decepciones, malestares y broncas de larga data democrática. Tal vez no supo escucharse cuando el peronista de base Carlos “Chacho” Álvarez renunció a la vicepresidencia de la Nación, en octubre de 2000. Un año antes, acompañando al radical Fernando De La Rúa, habían derrotado al menemismo.

Tipo honesto “El Chacho” Vendía libros en la calle y enarboló que el problema en la política era la corrupción. Acusó al menemismo. “La corrupción mata la democracia”, había dicho como militante. Y por eso, en el gobierno de la Alianza, renunció como vicepresidente. Tras denunciar coimas en el Senado de la Nación, entre políticos y poderosos empresarios.

En diciembre de 2001, el pueblo estalló reclamando “Que se vayan todos”

De otro modo, veintidós años después, la gente se sintió representada por Milei. Quien dijo que combatiría la “casta”. Con propuestas totalmente diferentes a las del peronista que dejaron solo, la sangría económica producida por la corrupción estatal, en el centro del problema.

Personas buenas, inteligentes, honestas, laburadoras, sin vinculaciones con el Estado, apoyaron y votaron a Milei, el domingo 19 de noviembre.  No se consideran de derecha ni conservadora. Repudio, hartazgo, esperanza, condujeron sus votos.

Pese a la mejora con respecto a las Paso, en la primera vuelta (22 de octubre), el voto antioficialista y antimassa alcanzó casi el 63 % de la población argentina. Empero, en lugar de humildad se advirtió un triunfalismo sin sustento. “La gente no come vidrio”, o “el pueblo no se suicida”, fueron las frases hechas de dirigentes hacia adentro.

 

Urgencias

En toda la Argentina la mayoría conoce a ese vecino que cobra del Estado sin trabajar, o a ese otro que desde que entró como concejal tiene una camioneta 4 x 4; o a ese amigo dueño de una empresa constructora que – machado en un asado – contó que cobró tres veces más por la obra, y fueron “miti y miti”.

Salvo excepciones, en la mayoría de las naciones es común la corrupción entre el Estado y las empresas privadas. Pero en la Argentina esto contaminó toda la sociedad, política, economía y finanzas.

Grito en el desierto fue la lucha contra la corrupción de Chacho Álvarez. Pocos años después, casi nadie lo recordaba. La vuelta de tuerca la dio un economista verborrágico, quien desde 2014 comenzó a ganar espacio en los medios porteños.

Si bien con el mismo sustento, en lugar de corrupción, Javier Milei apuntó contra la “casta política”. Excepto la prensa, el peronismo, progresismo e izquierda minimizó las ideas como “antipolítica”. Y se enfrascaron en contradicciones secundarias.

Con el agravante de pobreza e inflación creciente. Covid, sequía, guerra en Ucrania no valen como excusas. La sociedad, la juventud, se expresó contra un gobierno peronista que, en el mejor de los casos, fue tibio.

A Milei lo votaron en 21 provincias porque se hartaron de que la política conocida, los políticos conocidos. De que no resuelvan la vida.cotidiana. De Milei, un neoliberal extremo, se espera que de soluciones para vivir. Urgentes.

 

LA BOMBA

Se llaman Leliqs. Son bonos del Banco Central creados por Macri en 2018. Funcionan en el mercado financiero y representan billones de pesos. Determinan la inflación, el dólar, todo. Si Milei no desactiva esto, se viene el estallido…

 

VOLVER A EMPEZAR

“Hacia el interior del movimiento nacional y popular es tiempo de humildad, autocrítica y superación, de volver a empezar, de recuperar nuevamente la representación de los grupos sociales que no se sintieron interpelados, de construir una oposición firme pero racional, de promover nuevos liderazgos”

Antonio Marocco. Periodista.

 

 

 

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