Polémicas y violentas detenciones, cuestionamientos al jefe de la investigación, sospechas de nuevos “perejiles”. A cinco años de la masacre de Jimena, las acusaciones dependen del resultado de los cotejos de ADN.
“Están encanutando a inocentes… quien dirige la investigación es el mismo que dijo que escuchó a (Gustavo) Lasi involucrar a (Daniel) Vilte y (Santos) Vera en el crimen de las francesas Cassandre y Houria. También es el que le hizo la cama a (Darío) Monge, con el pelado Díaz en Orán (sic)”, dijo a Norte Social – con pedido de resguardo de su identidad -un ex investigador. El hombre dio el nombre del cuestionado jefe de la actual pesquisa, el cual preservamos.
Por lo pronto, “Hombre 1” y “Hombre 2” se llaman las dos muestras de ADN halladas en la casa del barrio San Nicolás, en Vaqueros. Estas, junto a un identikit, un llavero del club Gimnasia y Tiro, la foto de un caniche y la de un automóvil negro serían los elementos de cargo por las cuales se detuvo a los hermanos Damián, Carlos y Javier Saavedra.
Los procedimientos se realizaron el martes pasado. En el caso de los dos primeros hermanos, en el barrio Parque Belgrano (zona norte). El restante familiar, en una parroquia de Santa Victoria Este.
Supuestamente, las detenciones obedecieron a escasos indicios incriminatorios. Excepto los ADN, son nada. Las pruebas genéticas serían determinantes. Si las muestras H 1 y H 2 coinciden con las huellas hereditarias de los detenidos, entonces estaríamos ante los asesinos. 
Víctima inocente
Dos jóvenes simpáticos, de buen aspecto, educados, aparentemente sensibles, masacraron de 57 cuchilladas a Jimena Salas. Dentro de su casa en Vaqueros, el mediodía del 27 de enero de 2017.
Jimena tenía 44 años. Madre de dos hijas mellizas de tres años. Culta, tímida, discreta, lejana a relaciones o situaciones de riesgo. Estaba casada con Nicolás Gauffín Cajal, gerente de la cadena de electrodomésticos Garbarino. Mujer inteligente, sensible, con inclinaciones artísticas. Participaba de un taller literario dirigido por el escritor José Agüero Molina.
El año pasado fueron absueltos– por el principio de la duda – el viudo y el vendedor ambulante Sergio Vargas. El 8 de abril de éste año, el Procurador General de la Provincia, Pedro García Castiella creó una unidad fiscal para una nueva investigación. Integrada por la fiscal penal de Femicidios, Mónica Poma; el fiscal penal de Graves Atentados a las Personas, Leandro Flores; y el fiscal penal de Derechos Humanos, Gabriel Alejandro González.
Este cuerpo acusó – provisoriamente a los hermanos Saavedra del delito de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento, criminis causa, por el concurso predeterminado de dos o más personas y femicidio. Lo único que no se menciona es “bajo promesa remuneratoria”
Media hora
Nicolás Cajal habló – mediante celular – con Jimena Salas a las 13.15 del 27 de enero de 2017. Ella estaba en su casa junto a sus hijas mellizas de tres años. A las 13.45, Cajal contó que encontró a su esposa asesinada y a las pequeñas encerradas en un baño de la casa. En media hora se consumó uno de los peores crímenes en Salta.
En esos fatales minutos, dos jóvenes llegaron hasta la vivienda de Jimena, le mostraron un perrito que dijeron extraviado, lograron que ella les franquease la entrada, y luego en el living, le asestaron 57 cuchilladas a la pequeña mujer. Llamativamente, fueron compasivos y encerraron a las nenas. Se fueron dejando tras de ellos una casa bañada en sangre, sin llevarse – aparentemente -nada. La alarma había sido desconectada en la víspera.
Nueve de las heridas mortales fueron en el cuello. Jimena Salas se defendió hasta último momento. Su cadáver se encontraba en un baño de sangre. Las huellas sanguinolentas iban desde el living hacia el placard en el dormitorio. Jamás se encontró el arma asesina.
Por la masacre, la fiscalía detuvo a los hermanos Saavedra.
Los ADN son claves. Luego, la sociedad demanda conocer los por qué.
EL TALLER
El escritor José Agüero Molina – profesor de Jimena Salas en un taller literario al que asistía hasta ser asesinada – aseguró que Jimena estaba amenazada de muerte. Así lo reflejó la periodista Andrea Sztychmasjter, en el semanario Cuarto Poder.
En la entrevista realizada, Agüero Molina destacó que en el femicidio había “una escena armada”. Según el escritor, esto “por la disposición del cuerpo, por la altura de la pared donde estaban las gotitas de sangre, por el encierro de las nenas, por la hora donde fue cometido el crimen. Había un montón de elementos que daban cuenta que era un crimen por encargo”
La comunicadora citó tres interrogantes, manifestados por Agüero: “¿quién se benefició?, ¿quién se sacó un peso de encima?, ¿cuál es la cuestión del dinero detrás del crimen?”
VIOLENCIA EXTREMA
En general, la Criminología señala que los asesinatos violentos se cometen por:
- Odio/ Venganza
- Descontrol emocional
- Enajenación mental
- Para ocultar otro crimen
- El crimen organizado
“Si o si hay que reelaborar el perfil victimológico, los perfiles criminales y afinar las hipótesis”, apuntó un investigador.