La legalización del aborto legal, seguro y gratuito fue aprobado por la Cámara de Diputados de la Nación. El Senado define el 29 de diciembre. Para quienes apoyan, significa el reconocimiento a un derecho humano. Y asesinato a quien no se puede defender, para los contrarios.
Martina tiene 19 años, estudia el segundo año de una carrera universitaria en la universidad nacional, no trabaja y vive con sus padres, de clase media baja. Su novio Rubén tiene cinco años más, hace changas para ganarse la vida mientras intenta recibirse de ingeniero. Ambos están enamorados pero no tienen previsto casarse ni vivir juntos. Confundida, angustiada, Martina le dice a Rubén que está embarazada.
Ambos son cristianos. Consideran que deben decidir no sólo por sus vidas, sino por la de un bebé no nacido. La confusión y angustia es compartida. No están preparados para un hijo, mental ni económicamente. Cuando evalúan la posibilidad de un aborto, que es clandestino e ilegal, les piden entre 10 y 25 mil pesos. No los tienen. Con suerte, entre los dos podrían llegar a juntar diez mil pesos. Los riesgos para ella son altísimos.
Esta situación, de diferentes maneras, edades, condiciones y creencias, se reitera cotidianamente.
El gravísimo problema que afrontan Martina y Ruben es el principal argumento de quienes apoyan el proyecto de ley para despenalizar el aborto, o legalizarlo. La posibilidad de elegir, recibir atención médica segura, libre, pública, y no ser perseguidos.
Por el contrario, quienes se oponen sustentan sus posturas en los sentimientos y pensamientos tristes de una pareja como la citada: el aborto es el asesinato de un bebé que vive en el vientre de una madre.
Más allá de ley
El tratamiento legislativo del proyecto de ley para legalizar el aborto- que la Cámara de Diputados aprobó el 11 de diciembre por mayoría – decidió que el derecho de decisión de la mujer, con un embarazo indeseado o no previsto, es soberano y prioritario. Aparentemente, de este modo, se dejarían de lado certezas científicas acerca de la existencia de vida humana desde el embrión; conceptos legales (Código Civil y tratados internacionales con rango constitucional) y criterios religiosos.
El artículo 19 del reformado Código Civil dice: “Comienzo de la existencia. La existencia de la persona humana comienza con la concepción” La legislación y jurisprudencia sostiene que para la República Argentina se entiende por niño “todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los dieciocho años de edad”
Por su parte, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José), dice en el inciso primero del artículo 4: “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente”
Parejas como Martina y Rubén contarían con una salida. Esto festeja el sector verde. Un bebé sería asesinado legalmente, lamentan los celestes.
IDEAS
“Libertad de la mujer para decidir”, es la consigna principal de quienes se identifican con la postura principal del sector “verde” (pro aborto). “Salvemos la dos vidas” (del embrión o bebé no nacido), quienes se congregan entre “celestes”. El debate excede el tratamiento político, jurídico y científico: es profundamente ideológico. Se encuentra en las ideas vitales de cada persona.
“NO ES UNA ASESINA”
Juan Grabois es un dirigente popular del progresismo y la izquierda. También quien se opone al aborto. En consonancia con el papa Francisco, dijo que éste es parte de la política internacional del poder para el control poblacional en los países pobres. Empero, aseguró: “esto no significa que algún fanático le diga a una piba que es una asesina por abortar”