El fiscal federal Eduardo Villalba dijo: “La gente se pregunta ´por qué después de 13 años´… Cuando ya no quedaba qué hacer resolvimos iniciar una nueva investigación, desde cero”
María Cash desapareció en Salta el 8 de julio de 2011. Días antes había salido de la casa familiar, en el barrio porteño de Constitución. En la terminal de ómnibus de Retiro su padre la despidió. María viajaba con destino a San Salvador de Jujuy, para trabajar en su profesión de diseñadora textil.
Se recibieron siguieron miles de llamados telefónicos asegurando haberla visto en Salta, el norte argentino, la Patagonia. Su padre Federico murió buscándola, una noche viajando solo en su auto, con los asientos llenos de folletos con el rostro de María del Carmen.
Y en Salta, tras decenas de hipótesis, durante 13 años se la buscó con la convicción que su rastro se había perdido en inmediaciones de la gruta de la Difunta Correa, sobre la ruta nacional 34, en territorio salteño. Una pista guiada por la declaración del camionero Héctor Romero, la última persona que tuvo contacto con la diseñadora.
Ahora, imputado con prisión preventiva por el homicidio agravado por alevosía de la joven, su versión se diluye.
El fiscal Eduardo Villalba, en una entrevista a Fiscales.gob.ar, evaluó el camino de la investigación hasta la imputación al camionero Héctor Romero como principal sospechoso de la desaparición de la joven diseñadora el 8 de julio de 2011. En los últimos días solicitó la realización de una inspección ocular en los lugares en los que el acusado dijo haber tenido contacto con Cash. También requirió rastrillajes en otros sectores.
Falsas denuncias
“Son muchos años de trabajo, ahora con un equipo interdisciplinario. Nuestra esperanza es darle una respuesta a la familia y que se quiebre el pacto de silencio que se vio fortalecido por las falsas denuncias, voluntaria e involuntarias, que llevaron a la búsqueda rápidamente en un sentido erróneo”, sostuvo el fiscal general del Distrito Salta, Eduardo Villalba, en relación con la investigación por la desaparición de la diseñadora María Cash, desaparecida desde el 8 de julio de 2011.
Tras imputar al camionero Héctor Romero -quien quedó detenido acusado del homicidio agravado por alevosía de la joven- el representante del MPF solicitó el viernes pasado la realización de una inspección ocular en los tramos de la ruta 9/34, en los que la víctima tuvo contacto con aquél.
El pedido de esta medida fue formulado por el fiscal ante el Juzgado Federal de Garantías N°2, a cargo de la jueza Mariela Giménez, a quien también le requirió avanzar con rastrillajes en zonas que, previamente, deben ser delimitadas por expertos en la materia, tanto del Cuerpo de Investigaciones Fiscales como del Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU) del Ministerio de Seguridad de la Nación.
- En las últimas semanas la fiscalía instó una serie de diligencias que motivaron la detención e imputación de Romero, pero ¿cómo se llegó a este punto de la investigación?
- Hace dos años habíamos llegado a un punto muerto de la investigación, en el que directamente no había ningún plan de trabajo ni tampoco decir por dónde seguía la búsqueda. A raíz de ello, con el procurador general de la provincia, Pedro García Castiella, y en presencia de la familia, decidimos armar un equipo de investigación para que se haga un análisis exhaustivo y profesional de la causa desde su punto cero.
En un inicio, ocho personas se abocaron a esa tarea; ahora hay solo tres. Se hizo una tarea interdisciplinaria, de la que participación policías, investigadores, psicólogos, sociólogos, que efectuaron un análisis de foja por foja de la causa. Este es el motivo por el cual la gente se pregunta por qué después de trece años: es el resultado de un trabajo que comenzó hace dos años, aunque debo aclarar que nunca la causa estuvo parada.
Trata de personas
- La causa fue derivada en enero de 2012 con una declaración de incompetencia del juez provincial Federico Diez. Ingresó al juzgado, en ese entonces a cargo del exjuez federal Miguel Medina, en el marco del sistema mixto. ¿La remisión del expediente se debió a que la sospecha principal apuntaba a un caso de trata de personas?
- Efectivamente es así. Al punto tal que, de inmediato, la investigación se dirige hacia prostíbulos de la provincia de Jujuy. Así fue cómo la causa quedó en la justicia federal y siempre la hipótesis que se investigó fue trata de personas, con múltiples allanamientos. Siempre se siguió esa pista, tanto en el orden nacional, como internacional.
- La postura de mantener la hipótesis de trata, en definitiva, ¿fue productiva?
- No, ya que sacaron el eje y el foco de la investigación en la ruta, que es el lugar donde ahora nos encontramos. Hubo muchísimas diligencias realizadas en el marco de la hipótesis de trata, generadas por testimonios falsos, algunos voluntarios y otros no. Incluso llegamos a hacer análisis de ADN de cadáveres encontrados en Bolivia.
La investigación fue exhaustiva, pero también quiero decir esto: esta causa también fue utilizada para satisfacer sentimientos oscuros y muy mezquinos. Por ejemplo, una persona que tenía una desavenencia con su expareja y quería plantear la tenencia de los hijos, le atribuyó al exmarido que la tenía a María Cash, lo que demandó un año de investigación.
Fue así que cuanta persona quería tirarle un problema a otra utilizó la causa de María Cash. Se llegó a hacer una pericia caligráfica de una puerta de un baño en Santiago del Estero porque habían escrito “soy María Cash”. Es decir que la búsqueda, desorganizada en ese momento, espasmódica en función de datos que se iban obteniendo, fue tanto nacional como internacional, pero siempre sobre la hipótesis de trata de personas.
Nueva hipótesis
- Entonces, de alguna manera, esta situación da cuenta de la demora en llegar a la nueva hipótesis.
- La gente se pregunta “por qué después de 13 años”; la respuesta es esa. Pero en el instante en que en la causa ya no quedaba qué hacer resolvimos iniciar una nueva investigación de cero, con un equipo interdisciplinario. Hay que recordar también que esta causa fue investigada bajo el viejo sistema inquisitivo, formalista, en el que investiga es el juez, que hace foco en el trámite en la burocracia, lo que le quitaba agilidad a esta investigación.
A través de una medida de no innovar solicitada por la fiscalía, se pudieron conservar intactos los datos de las empresas telefónicas respecto a sábanas de llamadas con impactos de antenas de ese año. Esto posibilitó que se haya podido hacer el estudio técnico de geolocalización de mucha gente que dijo haber visto a María Cash pero que no estaba en el lugar que dijo que la vio.
- Entre algunos ejemplos de ello, figura la declaración de un abogado que fue imputado por falso testimonio el 20 de noviembre pasado. ¿Qué otros casos similares se registraron?
- Contemporáneo a ese hecho hubo un médico de la provincia de Jujuy que dijo que María Cash estuvo en esa ciudad, que tampoco fue cierto. Todo esto alivió la situación de Romero, quien había vuelto a decir que la había dejado en la Difunta Correa, con lo cual la pesquisa se desvió inmediatamente de producido el hecho.
- ¿Cuáles son los indicios y pruebas que, a partir de esta nueva mirada del caso, llevaron a la fiscalía a poner a Romero en primer plano?
- En primer lugar, el hecho de que no se presentó de manera espontánea, sino que su señalamiento surge de la declaración de un baqueano [René Torres], quien indicó que vio a Cash cuando subía al camión del acusado, lo que se pudo establecer porque dio las características del rodado, la empresa y demás datos que permitieron identificar a Romero. Pero no quiero dejar de mencionar que la investigación fue muy minuciosa, al punto que se analizaron y descartaron 400 avistamientos de María Cash, personas que dijeron haberla visto y que no resultó real. Todo esto también influyó para apuntar los reflectores hacia la última persona que la vio y cómo fue ese contacto.
“La desaparición es peor que la
muerte”
- ¿La fiscalía tenía expectativas en un quiebre que lleve a desentrañar lo sucedido con la joven diseñadora?
- Sí, por supuesto. Esto ya lo he mencionado, pero la verdad es que yo represento para la familia el fracaso del Estado en la búsqueda de María Cash. Y, digo más, aunque tal vez no sea políticamente correcto, más que la sanción penal, lo que yo querría decirle a la familia es dónde está su hija y qué pasó con ella. Fíjese que la desaparición es peor que la muerte de un hijo, la que de por sí es inconmensurable en un ser humano; la desaparición es peor. De mínima, nosotros tenemos la esperanza y aún albergamos que nos diga dónde está el cuerpo, o que nos dé detalles para darle respuestas a la familia.
- ¿Considera sospechoso el comportamiento de las personas que componen el entorno de Romero?
- El camionero se comporta como un culpable y les recomienda que no cambien sus declaraciones, que digan lo que ya habían dicho hace trece años, lo cual no se compadece con una persona inocente, que no tendría qué esconder ni tampoco recomendarle a su entorno cómo declarar. Desde la fiscalía creemos que existen fuertes indicios de una connivencia.
Inspección ocular
- ¿Cuáles son ahora los pasos a seguir?
- Hemos solicitado a la jueza una inspección ocular con el imputado, a fin de que nos diga, a partir de sus declaraciones, donde levantó a Cash y dónde la dejó, ya que para nosotros no guardan relación con las constancias de la causa, en especial de los lugares que existían. La otra medida que se pidió fueron rastrillajes sobre una zona que pensamos racionalmente que Romero podría haber descartado el cuerpo, despliegue que va a llevar un tiempo. Estimamos entre una o dos semanas, pues se debe analizar cuáles son los campos a rastrillar, tomar los recaudos constitucionales para ingresar a esos lugares, ya que son propiedad privada. Para esta tarea, estamos en contacto con el organismo que se creó, justamente, a raíz de la desaparición de María Cash; me refiero al SIFEBU [el Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas], dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación, con el cual ya hemos hecho otros rastrillajes siguiendo otras hipótesis. Pero esta, creo yo, es la más concreta.
Pero tampoco descarto que también se puedan despertar expectativas falsas, pues se trata de buscar restos que hace trece años habrían sido dejados ahí, con todas las variaciones que se podrían haber producido, desde la vegetación, los animales, etcétera. Hay millones de motivos por los cuales esto tal vez no sea exitoso, pero como está circunscripto a un lugar, entiendo que debemos hacerlo.
- ¿Qué expectativa tiene la fiscalía con estas medidas?
- Hay esperanza. Son muchos años de trabajo, ahora con un equipo interdisciplinario. Nuestra esperanza es darle una respuesta a la familia y que se quiebre el pacto de silencio que se vio fortalecido por las falsas denuncias, voluntaria e involuntarias, que llevaron a la búsqueda rápidamente en un sentido erróneo. Cuando la justicia provincial remitió la causa a la órbita federal, en definitiva, ayudó a poner a buen resguardo a los que intervinieron en el último traslado de María.