María Cristina Ulibarri – esposa, profesional, madre de dos hijas – fue al consultorio de la médica Norma Beatriz Brandoni y murió.
Confiamos que el colectivero conducirá correctamente y no chocará. Confiamos que los alimentos adquiridos no nos causaran una infección intestinal. Confiamos que el medicamento comprado en la farmacia no es veneno. Confiamos en el médico que nos atiende. Le entregamos nuestra salud y vida.
La confianza es una certeza acerca de las conductas futuras de la otra persona. La mayoría de las teorías sociológicas y psicosociales coinciden en que la confianza se basa en la creencia de que una persona o grupo serán capaces y actuarán correctamente.
Tal vez alguien no crea en el gobierno o Dios. Empero, en el colectivo, el almacén, la farmacia, el consultorio o el quirófano, la mayoría suspende su incredulidad e incertidumbre acerca de las acciones de los semejantes. Merced a esta construcción social y psicológica, funciona la sociedad.
Todo esto fracasó fatalmente el 13 de abril de 2018. María Cristina Ulibarri – profesional, esposa, madre de dos hijas – confió y murió.
Descontrol
El lunes 6 de junio, en la Sala VII del Tribunal de Juicio de Salta, comenzó el juicio contra la médica Norma Beatriz Brandoni. Está acusada del homicidio de María Cristina, mientras le realizaba un tratamiento en la columna vertebral. Sucedió en el Instituto Santa Agatha, ubicado la calle Santa Fe 130 de la capital salteña.
De acuerdo a la investigación penal, el tratamiento realizado por Brandoni (infiltración mediante punciones) carecía de las mínimas exigencias de las actividades médicas.
Néstor Nieva, esposo de Cristina, contó las irregularidades que derivaron en el homicidio: “Mi esposa sufría de fuertes dolores en la espalda, por eso, el 13 de abril de 2018 concurrió al Instituto Santa Agatha para realizarse la segunda sesión de punciones en menos de una semana. Pero la médica Norma Beatriz Brandoni no hizo el procedimiento en un quirófano, no tuvo la asistencia de anestesista, y cuando Cristina tuvo una hemorragia y entró en paro cardiorrespiratorio, no supo que hacer”
Describió que “al verse superada, Brandoni no supo reanimarla para salvarle la vida. Sólo llamó al 911, pero ya era tarde” Asimismo señaló que Santa Agatha no tenía desfibrilador” (mecanismo para reanimar el corazón)
“Todo mal. Me quitaron a esposa, a mi amada Cristina”, lamentó Néstor Nieva.
“SECUENCIA INESCRUPULOSA”
De acuerdo a la acusación, en el homicidio de Cristina hubo falta de habilitación del Colegio Médico de Salta. Como carencia de instrumental para reanimar a la víctima descompensada; inexistencia de historia clínica; ausencia del “consentimiento informado”. Todo lo cual reuniría una “secuencia inescrupulosa”
MATAR POR NEGLIGENCIA
Homicidio culposo se llama, u homicidio negligente. Es un delito, al causar la muerte a una persona por una acción negligente. La negligencia médica deriva de la ausencia de la “lex artis” (modos, reglas, protocolos de ejercicio un profesional)
El artículo 84 del Código Penal fija penas de 2 a 5 años de prisión e inhabilitación especial, “por cinco a diez años el que por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes de su cargo, causare a otro la muerte”