Cómo si a Orán no le faltasen crímenes. La condena al ex obispo Gustavo Zanchetta exhibe más. En este caso, cometido por un sacerdote. Pese a que cumplirá la pena en la cárcel, dicen que “la sacó barata”
Por Dario Illanes
“Siento una mezcla de bronca y lastima por vos. Qué increíble que no reconozcas nada, pero bueno, que más se le puede pedir a un psicópata manipulador. Así como actuó la justicia civil, espero lo suyo de la canónica”. Así dice el mensaje publicado en Facebook por Marcio Torina, uno de los jóvenes ex seminaristas que denunció a Zanchetta.
Sus palabras aluden a que, durante el juicio que concluyó el viernes 4 de febrero, el acusado jamás reconoció los abusos: Mucho menos pidió perdón a las víctimas. Y se escudó en una presunta conspiración en su contra.
Desde las denuncias (2019), la renuncia al obispado de Orán (2017), el proceso canónico (en curso) y el debate judicial iniciado el pasado 21 de febrero, la conducta de Gustavo Zanchetta expuso públicamente el escándalo. Conducta condenada por el mismo Jesús.
La palabra escándalo proviene del latín y el griego, y significa “trampa” Luego alude a lo que hace daño, engaña, decepciona. La conducta escandalosa hacer perder la confianza en quien la comete. Es intolerable y provoca indignación.
En los Evangelios, por ejemplo en el de Mateo, Jesús señaló y repudió directamente a quien es “piedra del escándalo”. El Hijo de Dios en la tierra advirtió: “Ay de ustedes quien escandalice”.
El primer obispo
Gustavo Zanchetta es el primer obispo argentino que la justicia civil condena por abuso sexual. Todavía aguarda otro proceso judicial por posibles fraudes al Estado. Y está en curso un juicio de la Iglesia (ordenado por el papa Francisco) por su desempeño eclesiástico.
El sacerdote irá a prisión por cuatro años y medio, condenado por el delito de “abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido”, cometido cuando ejercía el máximo cargo de la Iglesia en la diócesis de Orán. Zanchetta estuvo frente al obispado oranense entre julio de 2013 y julio de 2017. Se alejó por supuesta enfermedad.
En febrero de 2019, la Congregación para los Obispos encomendó al Arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Alberto Sánchez, una investigación contra su par, por abusos de poder y abusos sexuales. El caso pasó a la Congregación para la Doctrina de la Fe (Vaticano).
El papa Francisco avaló el proceso canónico. Este puede desembocar en la sentencia de retirarle la “sagrada condición sacerdotal”.
La Iglesia pide perdón
“Habiéndose conocido el fallo judicial en el que se condena a Gustavo Zanchetta, Obispo emérito de la Diócesis de San Ramón de la Nueva Orán, queremos manifestar nuestra cercanía con las víctimas y expresarles un fuerte y sincero pedido de perdón en nombre de toda la Iglesia”, publicaron los obispos reunidos en la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) https://aica.org/noticia-comunicado-de-la-cea-ante-el-fallo-judicial-que-condeno-a-mons-zanchetta
Por su parte, el actual obispo de Orán, Fray Luis Antonio Scozzina, También pidió perdón a las víctimas. Y llamó “a la comunidad diocesana a una sincera reconciliación ante las heridas provocadas por las conductas abusivas, los gestos y actitudes de autoritarismo y de abuso de poder” (https://aica.org/noticia-comunicado-de-la-diocesis-de-oran)
Son innumerables los miembros de la iglesia católica que hacen mucho bien, demostrando anónimamente el mensaje cristiano. En el mundo, la Argentina y Salta. La condena sirve para separar maleza del trigo.
CURAS CONDENADOS
Renzo Ferrazo fue el primer sacerdote condenado (nueve años) por abuso sexual y promoción de la corrupción de menores. Ocurrió el 25 de septiembre del año 2000. El cura estaba al frente de la iglesia Virgen del Valle, en la ciudad de Orán.
En julio del año pasado, el cura Agustín Rosa Torino recibió la pena de 12 años de prisión efectiva abuso sexual grave, en perjuicio de dos víctimas.
DENUNCIAS
Por orden de Francisco se modificó el Derecho Canónico, permitiendo el envío de documentación a la justicia civil para la investigación de abusos por parte de sacerdotes. Asimismo se exigió que cada diócesis tenga una oficina para recibir denuncias y brindar acompañamiento a las víctimas.