Salteño. Piel, sangre originaria y criolla; sensible, amante de su tierra; el corazón volcado al amor, pobres, indios, laburantes, humillados. Poeta, cantor, creador. Buen hombre. Pobre enumeración para nombrar al Nombrador: Daniel Toro.
Tal vez, en esta realidad mundana, por última vez Daniel Toro susurró “para ir a buscarte”. El jueves 25 de mayo de 2023, cuando partió rumbo a la eternidad.
Daniel Cancio Toro nació el 3 de enero de 1941 en Salta. No sabía de música, como tampoco saben de ésta los pájaros pero cantan maravillosamente, y él intentaba imitar. Su escuela fue deleitarse escuchando tangos por la radio y leyendo poetas salteños, como Ariel Petrocelli.
Entonces en el niño creció el romance con la tierra y la vida, la ternura junto al dolor con los humillados y olvidados; la canción y el testimonio.
Tremenda potencia creadora se desparramó generosa en el Festival de Cosquín, en 1967. Daniel Toro fue Premio Consagración al Mejor Folclorista. Compuso más de mil canciones de amor y denuncia, clásicos en la Argentina y el mundo. La dictadura lo silenció. Enfermó de cáncer a la garganta.
Y pese a las críticas por su estilo que no podía ser encasillado, Daniel Toro alumbró el camino a la canción popular exitosa de los 90, con Los Nocheros o Soledad, entre tantos.
Inmortal
En las creaciones de Daniel Toro conviven sencillas y contundentes poemas y canciones románticas como ejemplares himnos sociales. “Zamba para olvidarte”, “Cuando tenga la tierra”; “Escríbeme una carta”; “El antigal”; “Canción para un niño en la calle”; “Esta noche canta Salta”; “Mi principito”; “Mi mariposa triste”; “Para ir a buscarte”, son apenas algunas de las que torpemente recordamos.
Entonces, Daniel Toro tanto supo cantar dolido “Mi vida se fue contigo/ Contigo, mi amor, contigo”. Como “A esta hora exactamente/ hay un niño en la calle”
Letras y músicas inmortales. Como Daniel.