Las advertencias desde el Estado, médicos, periodistas, familiares, de poco parecen haber servido. En Salta, el virus se valió de la irresponsabilidad personal de muchos. Hay quienes consideran aún que es mentira, y cuando hay contagiados, que informar está mal.
El “mangrullero” era el centinela que, solo en su mangrullo (torre de madera en los fuertes del siglo XIX) estaba atento a los ataques del enemigo. Hoy el enemigo es la peste llamada Covid 19. En cierto modo, el y la periodista están en el mangrullo. Casi como el chaja o el tero, alertando los peligros.
Desde Norte Social, sólo con la responsabilidad periodística, advertíamos tanto de los errores desde el Estado (provincial y municipal) como acerca de las aglomeraciones de personas, tanto sea en reuniones famiiares, sociales, o en espacios públicos. En absoluto pretendía ser una profecía, sino constatación de datos y alertas para cuidarse y cuidar. Como en el Día del Amigo y las reuniones de festejo.
Desde agosto comenzó a verificarse que la irresponsabilidad estalló. En el mes de la ruda los casos aumentaron 1350 %.
También se advirtió acerca de los peligros de festejar en gran número el Día del Niño o protestar contra el gobierno nacional, entre el domingo 16 y el lunes (feriado) 17 de agosto. Escándalo de multitudes.
Entonces, a comienzos de septiembre, en Salta sumaron los contagiados, aislados, muertos.
Matar al mensajero
Es cierto que en tiempos de crisis, cunde el autoritarismo. No sólo del Estado, sino entre ciudadanos. El ministro Villada decía que alguna información periodística era falsa y alarmista. La realidad lo contradijo.
El periodista contó, en las redes sociales: “El vecino de barrio Los Lapachos (zona sur de la ciudad de Salta), profesional que trabaja en el COE, me contó hoy viernes 4 de septiembre que está contagiado de la peste. Y su familia. Ahora están aislados en su casa. No le hicieron PCR. Antes, a media mañana, al llegar a la bicicletería para inflar mi bici, le pregunto al bicicletero si conoce de casos en barrio Limache. Levanta la mano. El y su familia. Me contó que sólo en la etapa donde vive son 15 las familias enfermas. En la farmacia me cuenta la bioquímica que en las 13 etapas del popular barrio hay un promedio de 10 contagiados por etapa” Publicó una imagen con negocios cerrados.
Al tero o chajá desganado se lo considera enemigo de sus pares. Al periodista que no cumple su labor de informar y contar que pasa, además de complaciente, se lo considera inútil (aunque gane dinero) o traidor a su oficio.
Empero, como en la historia humana, como en en el pasado a quienes anuncian pestes, hambrunas y guerras, se les mata. Hoy, por la redes.
PESTE
El término peste no es peyorativo ni un concepto medioveval. De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, peste es una “Enfermedad infecciosa y contagiosa que causa gran mortandad entre los seres humanos” La palabra proviene del latín “pestis”, y designa a cualquier enfermedad epidémica o pandémica. Los epidemiólogos consideran que el COVID-19 es la Peste del siglo XXI.
“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio” (Juan Manuel Serrat)
OBLIGACION
“Será al centinela a quien se le pedirá cuenta sobre la vida y la muerte de los demás. Evidentemente no se lo enjuiciará por lo que los otros hicieron o dejaron de hacer. Se le pedirá cuenta del uso de su grito de alerta o de su silencio. ¿Estaba despierto, o dormía? ¿Alertó a la vida frente al peligro, o más bien apañó su inconsciencia? Si el centinela prefirió contemporizar, se lo condenará como asesino de aquellos a los que no despertó de su letargo frente al peligro”. (El mangrullero. Mamerto Menapace)
EL MAYOR PELIGRO
La circulación comunitaria de COVID-19 en Salta significa que hay personas que tienen
el virus y no lo saben. Según los infectólogos, cuatro de cada cinco personas que
padecen la enfermedad no tienen síntomas. En especial niños, adolescentes y jóvenes. Y son quienes más contagian. Peor en fiestas y reuniones sociales.