En el país más poderoso del mundo, alrededor del 70 por ciento de la población es cristiana (mayoría protestante) De esta, el 80 % se opone al aborto. Desde hace 47 años, esta práctica es legal. El actual presidente quiere derogar la ley, con apoyo de la Corte Suprema de Justicia. El demócrata Joe Biden quiere garantizarla.
Las elecciones presidenciales son el 3 de noviembre de 2020. Hasta el momento, Biden es el favorito. Días atrás fue el primer debate, de inusitada agresividad. Trump – hoy enfermo de Covid 19 – sufre el descrédito por su política ante la peste Covid 19 y el empeoramiento económico. La economía y la relación con China son temas centrales. Sin embargo, el presidente republicano logró introducir en la discusión de la multifacética sociedad estadounidense un tema sensible: el aborto.
En Estados Unidos, la interrupción voluntaria del embarazo es el debate social más controvertido y apasionado. En 1973, la Corte Suprema dictó la sentencia en el caso “Roe versus Wade”, la cual despenalizó el aborto, considerando que la mujer puede elegir si continua con un embarazo no deseado.
Este año electoral los dos contendientes a la Casa Blanca defienden sus posiciones: Donald Trump en contra, promete derogar la ley federal. Joe Biden, a favor, en robustecerla.
El resultado de los comicios significarían – además de miles de millones de dólares en juego – repercusiones en el mundo. Como en la Argentina.
Trump cancelaría totalmente la entrega de fondos federales a las organizaciones nacionales e internacionales que practican el aborto, facilitan los trámites y el acceso a las clínicas abortistas. Algunas organizaciones internacionales, como Planned Parenthood, que promueve la planificación familiar y el aborto en el Tercer Mundo, quedarían en la ruina.
Pro Vida
Ningún presidente de Estados Unidos, por fuertes que fueran sus convicciones religiosas, ni siquiera los republicanos Ronald Reagan o George W. Bush, participaron de una marcha Pro Vida. Esta manifestación, cada año recorre Washington y otras ciudades, a partir de la decisión del Tribunal Supremo en 1973 de reconocer el derecho al aborto.
De modo inédito, Donald Trump alentó y estuvo en la marcha verde en enero de 2020. De este modo se ganó simpatías y reinstaló un debate nunca cerrado en EE.UU. Su aparición en el evento aunó a los antes separados protestantes y católicos.
Trump aseguró que si gana las elecciones cumplirá su promesa del 2016: lograr que el aborto sea ilegal en Estados Unidos, salvo para los casos de violación y grave peligro de la vida de la madre. Aseguró que cancelará el financiamiento del dinero de los contribuyentes para prácticas contra la vida del niño por nacer.
Los pro abortistas dicen que esto es una consigna “hipócrita”, pues el republicano es abierto defensor de las armas y de la pena de muerte. “No para las víctimas inocentes en el vientre de la madre”, responde Trump.
En la campaña electoral de 2016, el actual mandatario llegó a la Casa Blanca gracias a la diferencia que hicieron los votantes cristianos. Pese a las críticas por su pasado plagado de infidelidades y con dos divorcios.
Ahora, Trump, tras una fuerte baja de apoyo popular debido al manejo contra la pandemia y la merma económica, logró reinstalar el tema “provida”. Y esto puede definir el futuro de Estados Unidos. Y el mundo.
LA CORTE A FAVOR
A mediados de septiembre murió la jueza de la Corte Suprema de Justicia, Ruth Bader Ginsburg. Era feminista y favorable a la igualdad de género, el aborto y el matrimonio igualitario.
Días despúes, el presidente propuso al Senado (de mayoría republicana) a la jueza Amy Coney Barrett para el Tribunal Supremo. La joven magistrada es católica y opuesta al aborto. Es madre de siete hijos, dos de ellos adoptados en Haití, y uno con síndrome de Down. Odiada por los demócratas. Amada por los sectores provida.
DIVISIONES DEMOCRATAS
Un importante sector en el partido Demócrata solicitan aceptar las posturas provida. Según Democrats for Life of America (Demócratas por la Vida), si bien los líderes del partido han expresado su apoyo al aborto a pedido en cualquier momento del embarazo, las encuestas muestran que el 79% de estadounidenses se oponen a esta postura.
“HEROINA”
La senadora demócrata y candidata a la vicepresidencia de Joe Biden, Kamala Harris, apoya la extensión del aborto, bajo cualquier razón. Planned Parenthood la nombró como “heroína”, por su posición.