“No hay investigación seria”, aseguró la defensa oficial respecto a la ejecución del exasesor político Dario Monges. Clarisa Galán demandó la absolución de Roberto Catalino Bejarano y sus hijos David y Santiago.
La mitología griega habla de Procusto, un posadero que torturaba y asesinaba a viajeros cuyas alturas no encajaban en la cama ofrecida. Del mito se deriva la expresión “El lecho de Procusto”, la cual refiere a quienes pretenden acomodar la realidad a sus intereses o creencias.
“El lecho de Procusto”, en el pensamiento social, es una falacia pseudocientífica. Consistente en deformar datos empíricos o evidencias lógicas para que se adapten a hipótesis dudosas.
Sin referirse al mítico personaje, con términos jurídicos, la funcionaria federal sostuvo: “Sesgo es la palabra que va a atravesar todo nuestro alegato”. El concepto es fuerte. Sesgo significa torcido, ladeado, oblicuo, atravesado. Aplicado a la investigación y acusación de asesinato, señala mala intención.
“Las acusaciones fueron temerarias, hubo un constante doble estándar. Todo el tiempo la investigación estuvo teñida con un sesgo de confirmación”, remarcó Clarisa Galán.
El sesgo de confirmación o sesgo confirmatorio es la tendencia a favorecer, buscar, interpretar e imputar desde los datos que confirman las propias creencias o hipótesis, sin considerar otras alternativas. Se trata de un tipo de sesgo cognitivo y un error sistemático del razonamiento inductivo.
La defensora oficial señaló al tribunal federal: “No hay pruebas directas, sino solo indiciarias”. Si bien válidas en el proceso, las pruebas indirectas exigen un tratamiento que no dejen margen de dudas.
Los indicios deben ser más que rumores, sospechas o conjeturas. Requieren de bases fácticas acreditadas, rigor lógico, objetividad, control constitucional, solidez de inferencias.
Relaciones peligrosas
Darío Monges apareció asesinado de cinco balazos el 2 de septiembre de 2022, en la zona sudeste de la ciudad de Salta.
Semanas después, Roberto Catalino Bejarano y sus hijos David y Santiago fueron detenidos y acusados del crimen. El jueves 28 de noviembre de 2024, la defensora Clarisa Galán pidió al Tribunal Oral Federal 1 de Salta – presidido por la jueza Marta Liliana Snopek y sus pares Mario Marcelo Almaraz y Federico Díaz – la absolución.
La defensa oficial cuestionó la investigación, tanto de las fiscalías de la provincia y federal Enfatizó que hubo errores, sesgamientos e irregularidades. También que no se agotaron las líneas investigativas, por “vinculaciones con el poder político”.
Clarisa Galán señaló la falta de pruebas para demostrar que los Bejarano mataron a Monges. Tampoco se probó la venta de drogas. Si la manipulación de evidencia, y el direccionamiento investigativo hacia la familia acusada.
“Las otras hipótesis posibles implican a personas con poder político o con vínculos con el narcotráfico”, con referencia al exsecretario de Seguridad de la Provincia, Benjamín Cruz, al “Gringo” Gabriel Palavecino y a Diego Aquino.
“EMBARRARON TODO”
La defensora aseguró que la fiscalía no probó que los Bejarano hayan matado a Monges. Lamentó que el juicio no pudo determinar quien estuvo con Monges la noche que fue asesinado. Y apuntó: “los investigadores embarraron todo”.
EL FISCAL
La próxima audiencia será el jueves 5 de diciembre. Turno del fiscal federal Eduardo Villalba.