Así como el Estado suele ser cruel, medios y periodistas también. “Es lo que quiere la gente”, dicen dudosamente algunos de estos últimos. Juzgan más allá de la justicia. Y difunden imprecisiones, cinismos, morbosidades, resentimientos
Entre sus principios, desde hace quince años, Norte Social postula e intenta practicar la “Perspectiva Compasiva”.
El miércoles 5 de febrero de 2005, el juez salteño Aldo Primucci sobreseyó a Yolanda Vargas, la joven madre soltera acusada de abandonar a sus dos nenes, que murieron al incendiarse el rancho donde malvivían.
Entre las razones del magistrado, reconoció a la mujer como “madre – víctima”. Asimismo, consideró que juzgarla e imponerle una pena resultaría “una nimiedad en relación a la pena perpetua impuesta por la naturaleza”.
En el caso de Yolanda, señalamos que resultaba ensañamiento y crueldad, por parte del Estado, sumarle sufrimiento a una mamá pobre, quien, si dejó a sus hijos solos, no fue por irse a bailar sino para buscarles comida.
Del mismo modo recurrimos a la “Perspectiva compasiva”, a fin de evitar las “crucifixiones” mediáticas.
Ensañamiento
La pena judicial conforma parte de las penas físicas, mentales y espirituales de la persona condenada y privada de su libertad. Sumar sufrimientos también significan ensañamiento y crueldad.
Sabiamente, la Constitución Nacional de la Argentina establece en el artículo 18: “Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice”
Asimismo, el Código Procesal Penal de Salta, en su artículo 2, avanza en el mandato: “Las autoridades que intervengan en el proceso deberán cumplir los deberes que les imponen la Constitución y los Tratados Internacionales sobre derechos humanos vigentes en la Nación Argentina”
Algunos periodistas de medios locales y nacionales – soslayando la magna ley y leyes – parecieran regodearse morbosamente en remover heridas. Tal es la situación de Lautaro Teruel.
Riesgo de amputación
Hace cuatro años, Teruel fue condenado a doce años de prisión por abuso sexual. El 21 de enero de 2023 murió su madre, la poeta y compositora Noemí Cristina Laspiur, “La Moro”, a los 58 años. A causa de un aneurisma cerebral, seguramente derivado del dolor por su hijo preso.
A mediados del mes pasado, los jueces de Ejecución de Sentencia Rodolfo Quinteros y Martín Martínez autorizaron la prisión domiciliaria de Lautaro.
Mediáticamente se informó -parcial, con cierta malicia – que “el beneficio” obedeció a “una uña encarnada”- En realidad se trató de una “gravísima recaída infecciosa en el primer dedo del pie izquierdo”. El médico Jorge Vasvari, diagnosticó una “presunta isquemia y proceso infeccioso … con riesgo de propagación hacia necrosis y complicaciones sistémicas severas (gangrena seca o húmeda)” La dolencia podía desembocar en la posibilidad de que “le tengan que amputar el dedo o el pie”.
Justicia justa incluye compasión y benevolencia. También en el periodismo.